El gobierno de Manises, dentro del objetivo de ampliar la protección del patrimonio local, tiene apuntado en rojo el histórico Barri d'Obradors, al que quiere otorgar la clasificación de Bien de Relevancia Local (BRL).
Hace unos meses, el ayuntamiento que dirige Jesús Borràs suspendió durante un periodo de dos años las licencias de parcelación, demolición o edificación que afecten a los elementos que durante los próximos meses se van a analizar para la elaboración de un nuevo Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Manises. Según avanzaron desde la concejalía de Urbanismo, en breve se adjudicará a una empresa externa el desarrollo de los trabajos de estudio y catalogación de todos los elementos, unos 180. La idea es que en febrero se formalice la exposición pública para la presentación de alegaciones y que antes de que finalice la legislatura, el catálogo esté concluido.
Entre la nueva hornada de objetivos de protección se encuentra el Espacio Arqueológico dels Obradors de Manises, dentro del barrio del mismo nombre. Se trata de una extensión de terreno de unos 30.000 metros cuadrados, incluyendo los actuales viales. El área está encajada entre la acequia de Quart-Benàger-Faitanar y las calles Ceramista Gimeno, València, l'Hort, Rafael Valls y Les Fàbriques. «La idea es estudiar el barrio para declararlo Bien de Relevancia Local e incluirlo en el catálogo», explica el concejal de Urbanismo Ángel Mora.
La intención de proteger la zona arqueológica viene motivada, principalmente, por un estudio presentado por Juama Coll, Josep Pérez Camps, Rafael Requena, Sara Ibañez e Ignacio Hortelano, en el que ponen de relevancia «los valores arqueológicos e históricos sobrados para que sea declarado BRL individualizado, ya que conserva en su subsuelo el testimonio material de la historia de la industrial cerámica de este centro productor internacionalmente reconocido».
Cabe reseñar que el área goza desde 1994 de la catalogación de zona urbana de protección arqueológica por lo que es necesario un informe técnico de un arqueólogo para ejecutar cualquier movimiento de tierra que afecte al suelo. Pese a ello, entre 2009 y 2010 y con la alcaldía en manos del popular Enrique Crespo, la mayoría de las antiguas fábricas de producción cerámica que conformaban Obradors fueron derribadas tras advertir a sus propietarios de peligros de inseguridad por el estado que presentaban, aunque otras voces apuntan a intereses urbanísticos en la zona.
«Queremos conservar lo poco que queda y garantizar que no se vuelva a repetir lo que ha pasado en el histórico barrio», apuntaba el concejal Mora.
Según los expertos, en el subsuelo del Barri d'Obradors hay «importantes vestigios industriales, infraestructuras como elementos de los tornos, depósitos para guardar la arcilla, e incluso una estructura completa de alfarerías. También hornos de diferentes épocas». Este sentido, durante las obras de construcción de la sede de la Asociación Valenciana de Cerámica, en el mismo barrio, se halló un horno moruno que se conserva en un sótano del edificio.
Actualmente, los expertos han divido el barrio en tres aspectos. Por un lado la parte edificada, unas diez parcelas que comprenden el 31% del total, con viviendas, edificios culturales y sociales, dos industrias cerámicas y una actividad comercial. Por otro, un solar de 14.000 metros donde se realizaron las demoliciones de las antiguas fábricas de cerámica. La tercera situación, es una construcción en estado de ruina, que todavía conserva, entre otros, un horno moruno cubierto con una lona y una valla de protección. Con la catalogación BRL, cualquier actuación en la zona precisará del permiso de la Dirección General de Cultura.
El trazado de la acequia de Quart y el muro de contención, construido con ladrillo de cara vista, también quedará protegido y el tramo que discurre a cielo abierto se conservará sin cubrir el se modificará el PGOU para que sea accesible y visitable.
