La Policía Local de Torrent está gestionando la desaparición de la pitón perdida desde el servicio especial de protección animal que fue creado a finales de 2016. Según el edil de Seguridad Ciudadana de Torrent, José Antonio Castillejo, «desde este servicio especializado en todo tipo de especies de animales, se ha determinado que no se trata de una serpiente venenosa y, por lo tanto, no peligrosa para la salud públia». Castillejo informa de que la Policía Local sí está en contacto permanente con la familia que denunció la desaparición y que es la propietaria de la serpiente la que debe buscarla, ya que «la principal hipótesis sigue siendo que permanece en la vivienda».

Como reveló Levante-EMV, una pitón de 50 centímetros, pero que podría alcanzar los dos metros de longitud en el futuro, se encuentra desaparecida desde el pasado viernes. Los padres de un niño de once años, que tiene a la serpiente como mascota, denunciaron su desaparición ante la Policía Local de Torrent tras poner patas arriba su piso y comprobar que el animal no está allí. Aunque sus propietarios aseguran que no es peligrosa ni venenosa, los vecinos de la finca en la que residen temen que la pitón haya escapado por las cañerías y pueda aparecer en el momento menos indicado por cualquier inodoro del edificio.

Fuentes del Seprona indicaron ayer a este periódico que para tener un reptil de este tipo (una pitón alfombra o morelia spilota) solo hace falta tener la factura de compra o el certificado que acredite que el animal ha sido criado en cautividad. Es el único permiso que hace falta, y los dueños de la serpiente perdida en Torrent lo cumplían. Sin embargo, si la pitón va creciendo en tamaño podría entrar dentro de la categoría de «animal potencialmente peligroso».

El decreto que regula la tenencia de animales potencialmente peligrosos obliga a tener una licencia administrativa, que será otorgada por el ayuntamiento del municipio de residencia del solicitante, cuando se tenga un animal de este tipo. En concreto, el anexo 1 de la norma describe como animal potencialmente peligroso a «todos los cocodrilos, caimanes y ofidios venenosos», y «del resto [de reptiles] todos los que superen los 2 kilogramos de peso actual o adulto».

Entre otros requisitos se exige la aptitud psicológica para la tenencia de animales peligrosos con un certificado extendido por un psicólogo. También se obliga a suscribir un seguro de responsabilidad civilpor su responsabilidad derivada de daños causados por el animal.

Por otro lado, está prohibido pasear una serpiente por la calle y esta falta se castiga con una sanción municipal.