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Alaquàs

La directora del CEIP Cremona deja el centro tras 10 años al ganar una plaza de formadora

Marta Murciano ejercerá en el Cefire de Torrent en la especialidad de infantil - Pasó las pruebas al presentar un proyecto para erradicar la violencia

La directora del CEIP Cremona deja el centro tras 10 años al ganar una plaza de formadora levante-emv

El inicio del próximo curso contará con algunas novedades en Alaquàs en lo que se refiere a cambios en la dirección de diversos centros. Una de ellas afecta al colegio más reivindicativo de la población, el Ciutat de Cremona, cuya directora Marta Murciano, deja el centro después de 10 años, al haber ganado una plaza como asesora de formación en la Conselleria de Educación.

Murciano explica que, tras una década, consideró la posibilidad de un cambio porque los dos grandes objetivos que se marcó cuando asumió el puesto de directora están cumplidos: el proyecto de escuela abierta, participativa y democrática está consolidado, y la construcción del centro (que ha estado todo este tiempo en barracones) ya está cercana, dado que está a punto de adjudicarse la obra.

Marta Murciano, de 37 años, acabó la carrera en el año 20000 y realizó sustituciones en varios colegios de la comarca. Tuvo su primera plaza fija en Muro d'Alcoi y luego pasó por los centros González Gallarza y Sanchis Almiñano de Alaquàs.

En abril de 2007 se anunció la creación de un nuevo colegio y el curso siguiente arrancó como directora accidental de lo que sería el Ciutat de Cremona.

«Ya la inauguración marcó el futuro del colegio porque el alcalde de entonces, Jorge Alarte, hizo un discurso muy duro contra la conselleria», recuerda. Posteriormente presentó su proyecto a la dirección del colegio y, en cada convocatoria, ha ido renovando la confianza.

«Mi objetivo era impulsar una escuela diferente, en el que las familias se involucren y el alumnado vea que sus madres y padres participan para que ellos sean en el futuro ciudadanos activos. Y lo hemos conseguido. La prueba es que hemos tenido siempre más demanda que plazas. El éxito no ha sido mío. Ha sido del equipo, del claustro y de las familias», reconoce.

La comunidad educativa del Cremona ha batallado para que se construya el centro y llegó a protagonizar un encierro de 100 días además de negarse a llevar a sus hijos de tres años al otro centro que les asignó la conselleria cuando cerró la última unidad de tres años. «Ha sido clave ir todos juntos a reclamar lo que era justo y que el alumnado sepa a lo que tiene derecho para tener un sentido crítico con el mundo», valora.

Hace unos meses se planteó que quería un cambio porque no es partidaria de acomodarse en un cargo. «Lo que más me cuesta es separarme del alumnado y de las familias», reconoce. Las oposiciones para 200 plazas de formadores que convocó la conselleria fueron la oportunidad. Tras superar la criba del curriculum y la de presentar un proyecto educativo, pasó por la defensa ante un tribunal. Su propuesta pretende trabajar la reducción de conflictos, acoso escolar y violencia de género ya desde la educación infantil. A partir de septiembre ejercerá en el Cefire de Torrent.

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