Rocafort ha reabierto hoy su piscina de verano después de que tuviera que clausurarla ayer por un desnivel de cloración. Una inspección sorpresa de Sanidad detectó la anomalía en el agua del vaso y recomendó su cierre, obligando a los bañistas a desalojar las instalaciones.
Todo ocurrió en torno a la una del mediodía. Los bañistas se encontraban en la piscina del Polideportivo Municipal, cuando se presentó en las instalaciones un técnico de Sanidad para realizar una inspección sorpresa. El empleado realizó el pertinente análisis, incluido el estado del agua del vaso. El resultado arrojó un desnivel de cloro. En concreto, uno de los componentes de las pastillas de cloro, el ácido isocianúrico -utilizado para evitar que el cloro se disuelva demasiado rápido-, presentaba un índice superior a lo estipulado. Lo ideal es que con niveles 30 y 50 ppm (partes por millón) de ácido isocianúrico, el cloro desinfecta y se consume poco a poco. En cambio, si supera los 100 ppm se debe cerrar la piscina. «En principio, no había peligro para los bañistas por el resultado de los análisis pero por recomendación de Sanidad había que cerrarla», explicaron a este diario fuentes municipales.
En ese momento se procedió a desalojar la piscina, con un número de usuarios propio de septiembre. La empresa de mantenimiento, con un contrato de un año, inició los trabajos para reducir el nivel de ácido isocianúrico. Para ello se vertió en la piscina agua nueva y se fue depurando durante toda la tarde, con el objetivo de reabrir hoy las puertas de la piscina, previa nueva inspección del técnico de Sanidad. Desde el consistorio aseguraron que durante todo el verano no ha habido problema alguno y que no se habían realizado inspecciones sanitarias.
El ayuntamiento ha abierto un expediente informativo a la empresa concesionaria del mantenimiento de la instalación para aclarar los motivos del desequilibrio de un componente de las pastillas de cloro, el ácido isocianúrico.
