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Educación

Inicio de curso con falta de plazas de comedor

Fampa Valencia respalda las protestas del IES Patacona por la masificación y pide mejores infraestructuras en los centros

Alumnado del colegio Sant Joan de Burjassot, en el inicio del curso. vicent ruiz sancho

Alrededor de 130.000 niños, niñas y jóvenes iniciaron ayer en l'Horta el curso escolar con la imagen renovada en la mayoría de centros gracias a las intervenciones de mejora y mantenimiento que los ayuntamientos han realizado en verano, pero también con problemas de exceso de plazas que siguen arrastrando muchos colegios y que obliga de nuevo al alumnado a empezar el curso en barracones, o impide a muchas familias contar con una plaza en el comedor.

Este último es un problema que ya se dio en el curso pasado y que en el caso de la Pobla de Farnals, no se ha solucionado. Allí, y tal como advertía ayer el alcalde Enric Palanca (PSPV) y han denunciado muchas familias, el comedor del único colegio (el CEIP Cervantes) solo atenderá este año a 350 alumnos pese a que 487 familias han solicitado una plaza. Palanca subrayaba ayer que solo con las familias con beca y los estudiantes del núcleo de la Playa (para los que se quiere evitar que hagan hasta cuatro viajes a sus casas para comer y volver después a clase) el comedor ya queda prácticamente ocupado. También recordó el alcalde que en el curso anterior el consistorio ofreció alternativas que la conselleria de Educación rechazó. Por último, Palanca lamentó que a día de ayer la dirección del colegio no hubiese presentado aún la lista definitiva de estudiantes que sí contarán con plaza en el comedor.

Los padres y madres del CEIP Catarroja también están a la espera de que el Consell marque el corte de alumnos becados para saber si tienen acceso al comedor, ya que debido al exceso de peticiones, el centro solo asegura la plaza a estos estudiantes y a los escolares que trabajen ambos progenitores. El resto se quedará sin plaza, pese a que ese año se volverá a repetir la fórmula de establecer tres turnos de comedor. La AMPA ya alertaba hace un mes que iba a haber falta de plazas y que se darían situaciones como la del curso 2016/2017, cuando varias familias que solicitaron plaza con el curso ya empezado esta les fue denegada. El alcalde Jesús Monzó conversó con la directora para buscar posibles soluciones, como la de usar la casa del conserje. «Pero el centro desestimó esta opción, y por motivos de seguridad la de transportar a otros niños a otro centro, y nos aseguraron que no habría problemas para cumplir los baremos de Conselleria».

En el caso de Mislata, si bien se inicia el curso estrenando la ampliación de 90 a 280 metros del comedor del CEIP Ausiàs March que ha costado 480.000 euros, el problema se ha trasladado al CEIP Mestre Serrano. Al parecer, este año se han quedado una veintena de alumnos sin plaza y eso que actualmente ofrecen dos turnos de comedor. El Ayuntamiento de Mislata ha hablado con la directora del centro y le ha ofrecido la cesión de algún espacio municipal para utilizarlo como comedor, porque el colegio no dispone de más espacio. Como en los anteriores casos, la solución no depende del ayuntamiento sino de Conselleria, ya que es el director territorial el que tiene que autorizar cualquier modificación y ampliación de plazas.

Otro de los puntos calientes de la primera jornada del curso escolar ha estado en los institutos masificados de la comarca. Precisamente uno de ellos, el IES Patacona de Alboraia, sirvió a la Federación de Associació de Mares i Pares (Fampa) para celebrar el inicio de curso y de ejemplo de los problemas en infraestructuras a los que se enfrenta el departamento que dirige Vicent Marzà. Tal como recordaba ayer el presidente de la AMPA del Patacona, Lluís Orts, el centro tiene una capacidad para 350 alumnos pero estudian en él alrededor de 700 y la solución aportada de momento por la conselleria (instalar cuatro aulas prefabricadas) es «claramente insuficiente». «Este año el alumnado va aseguir recibiendo clases en almacenes, pasillos o salones de actos. La situación sigue siendo caótica».

La masificación afecta al menos a otros dos institutos de la comarca. Por un lado, el IES Berenguer Dalmau de Catarroja ha tenido que hacer turno vespertino, según ya denunció la asociación de madres y padres de alumnos hace meses. La organización se ha concretado en ocho grupos para el turno de mañana (cuatro cursos de ESO, dos de bachillerato y dos de FP) más los grupos de segundo de ciclos formativos, mientras que por la tarde se desarrollan las clases de Educación Infantil, Integración Social, Promoción de Igualdad y Atención a Personas dependientes.

Por su parte, el IES Albal también ha instituido turno vespertino al haberse superado los mil alumnos matriculados en un centro con plazas para unos 700, lo que ha supuesto la colocación de algunos barracones.

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