El Ayuntamiento de Torrent tendrá que decidir en el plazo de un año qué piensa hacer con el foso de la Torre. La directora general de Patrimonio, Carmen Amoraga, ha remitido un oficio al consistorio en el que le da este plazo para que redacte y apruebe el plan especial del entorno del monumento que ha de definir la intervención que se realizará en el foso, actualmente cubierto de forma provisional desde hace ocho años.
En concreto, Amoraga indica que el plan «constituye el marco de referencia en el que ha de integrarse armónica y globalmente la recuperación del elemento defensivo y de sus partes integrantes (el foso en su caso)». Para ello, la directora general se basa en un informe elaborado recientemente en su departamento, que además tiene en cuenta las recomendaciones que en todo este tiempo ha realizado el Consell Valencià de Cultura, así como en la legislación vigente.
Además, Carmen Amoraga recuerda al ayuntamiento que «la propuesta planificadora deberá someterse al previo y preceptivo informe» de la dirección general de Cultura y Patrimonio «con anterioridad a la aprobación provisional del documento, una vez aceptadas o rechazadas las alegaciones producidas en el trámite de información pública».
El escrito de Amoraga ha sido remitido al consistorio en los primeros días de septiembre y hace referencia al informe técnico que se elaboró el pasado mes de junio que, como ya informó Levante-EMV, emplazaba al consistorio a aprobar un plan especial «que abarque la problemática patrimonial y urbana, capaz de definir los límites y objetivos de las posibles soluciones para la puesta en valor del conjunto patrimonial formado por la Torre, el foso y el entorno de ciudad próxima».
El foso de la Torre de Torrent fue descubierto en el año 2004 durante el proceso de excavaciones que se hicieron en el entorno de la fortificación para redactar el plan director de su rehabilitación. Este hallazgo cambió el concepto que se tenía tanto del monumento como de sus funciones.
Aunque los expertos que estaban al frente del proyecto siempre apostaron por dejarlo destapado y ponerlo en valor, sin llegar a concretar la fórmula, el cambio en el gobierno local con la llegada del Partido Popular a la alcaldía truncó esta aspiración. La formación conservadora, partidaria de volverlo a tapar, logró un permiso e la Conselleria de Cultura para colocar una cobertura provisional en 2009 (que costó cerca de medio millón de euros), con el argumento de que era necesario proteger el foso de las obras de construcción del nuevo mercado. De este modo, la Torre se rehabilitó integralmente con fondos del Gobierno de España (a través del programa del 1% Cultural del Ministerio de Fomento) sin el foso.
Pero la obra del mercado culminó hace dos años y el foso sigue cubierto. De hecho, la superficie que lo tapa ha conformado una gran plaza que alberga numerosas actividades.
Tras el escrito de Amoraga, el gobierno local socialista tendrá que decidir ahora qué solución técnica le aplica al foso en su proceso de recuperación desde el descubrimiento absoluto hasta la colocación de una cubierta de cristal que permita verlo.
La Torre de Torrent es Bien de Interés Cultural y forma parte del Inventario de Patrimonio Histórico de Interés Arquitectónico del Ministerio de Cultura. Durante los trabajos de restauración, dos fragmentos de madera del encofrado con el que se construyeron los muros fueron sometidos a una prueba de carbono 14 que reveló que era de época andalusí. Con los estudios arqueológicos posteriores, la hipótesis es que fue construida en torno a 1100, en época almohade.
