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La odisea de llegar al trabajo en l'Horta

Empresariado y trabajadores critican los colapsos que se generan en la N-220 y el acceso a los polígonos cada mañana

Colas en la carretera N-220. en ambos sentidos, a las nueve de la mañana de ayer, en el tramo de Manises a Paterna. asivalco

La leve recuperación económica que se ha producido en los últimos meses ha vuelto a poner de manifiesto los problemas de movilidad en muchos puntos del área metropolitana de València, y especialmente en los trayectos de acceso a los polígonos industriales donde el transporte público es inexistente o insuficiente, y donde algunas autovías están pendientes de ampliaciones o mejoras que dependen del Ministerio de Fomento, desde hace décadas. «No se puede planificar la creación de polígonos y zonas nuevas sin tener resueltos los accesos como se ha hecho en muchos casos hasta ahora», explica el gerente de la agrupación Asivalco, del parque empresarial de Fuente del Jarro, Joaquín Ballester.

La zona ya tenía accesos deficientes hace más de una década y reivindicaba mejoras en la N-220 así como otras salidas. En ese tiempo, se planificó y construyó el polígono Táctica, donde hoy hay unas 220 empresas, sin que mejoraran los enlaces.

Asivalco ha alertado esta semana de los colapsos que, desde hace meses, vuelve a registrar la N-220 (la carretera del aeropuerto) pendiente de una ampliación que ha de acometer el Gobierno de España. La vía da acceso a polígonos en Manises y Riba-roja, y especialmente a Fuente del Jarro y Táctica, en Paterna. Como ayer publicaba Levante-EMV, en cuatro tramos horarios distintos, registra colas que hacen que se triplique el tiempo de trayecto para los conductores.

Una de las afectadas es Rosa, que vive en Alaquàs y trabaja en la segunda fase de Fuente del Jarro. Desde su casa y hasta la empresa donde desarrolla su jornada laboral hay «entre 12 y 15 minutos» que se convierten entre 40 y 45 a primera hora de la mañana. Por tanto, esta trabajadora tiene que salir de casa con una hora de antelación. «El tapón se produce en el tramo de la carretera del aeropuerto cuando se queda con un carril solo en dirección a Paterna y pasa por debajo del puente. A veces he tardado en cruzar esos metros 30 ó 35 minutos», explica. Con la crisis bajó el nivel de tráfico en la zona pero «en el último año las colas son tremendas».

Mariluz también tiene que hacer a diario este trayecto aunque en su caso sale desde Manises, ya que reside cerca del aeropuerto. Y entre las 8 y las 9 de la mañana tarda hasta 20 minutos en recorrer unos tres kilómetros, lo que en otro momento del día le costaría cinco minutos. «Es una pérdida de tiempo, de gasto en gasolina y además la gente se altera en las colas. Hay veces estamos totalmente parados en el tramo bajo el puente del aeropuerto», indica.

Para Begoña en ocasiones también se convierte en una odisea llegar al trabajo cada día en Fuente del Jarro. Hace el trayecto de Alaquàs y Aldaia y al incorporarse a la carretera del aeropuerto «a veces da igual que vayas por debajo, donde está el tráfico, o que subas el puente, donde hay un colegio y la Policía Local te hace parar, porque te encuentras con el mismo atasco». En su caso, un trayecto de unos 15 minutos se convierte en 35. «Siempre hay mucho tráfico a ciertas horas en ese punto pero ahora más porque, por las obras en la V-30, la gente toma ese otro itinerario», añade.

Joaquín Ballester insta a Fomento a ejecutar la obra de ampliación de la N-220 «cuanto antes» y a la Generalitat Valenciana a tomar medidas complementarias como la mejora en el transporte público. «Nosotros tenemos metro pero con una frecuencia muy mala. Llegó a estudiarse una doble línea de autobuses, una que conectaba Fuente del Jarro y las Universidades y otra que pasaba por este polígono y los de Manises y Riba-roja, pero la crisis dejó el proyecto en el aire y no se ha resuelto».

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