El Ayuntamiento de Mislata ha iniciado el proceso electoral en el Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia, la que, en opinión del gobierno local, fue una de las grandes apuestas por la participación ciudadana. El organismo nació hace cuatro años, con una primera etapa constituyente, en la que sus miembros fueron elegidos de entre los delegados de clase de los colegios e institutos. Aquellos primeros consejeros elaboraron un reglamento de funcionamiento, que culminó hace dos años con la celebración de las primeras elecciones.

Y ahora, transcurridos otros dos años, se vuelven a convocar elecciones para renovar a la mitad de los miembros del Consejo.

El objetivo del Consejo Municipal de la Infancia y Adolescencia es, en palabras del alcalde, Carlos Fernández Bielsa, «dar voz a los niños y adolescentes de Mislata, para que puedan opinar, proponer y contribuir a su mejorar la ciudad en la que viven, favoreciendo su desarrollo como ciudadanos de pleno derecho». Cabe recordar que las políticas dirigidas a niños y jóvenes hicieron que el ayuntamiento obtuviera hace unos años el sello de Unicef que lo acredita como «Ciudad Amiga de la Infancia», un reconocimiento que además de Mislata sólo poseen hasta ahora otras cinco ciudades en toda la Comunitat Valenciana: Quart de Poblet, Torrent, Alzira, Sagunt y Morella.

El Consejo está formado por niños, niñas y adolescentes que representan a toda la infancia del municipio. Se eligen a través de elecciones bianuales en los centros educativos, tanto de Primaria como de Secundaria, donde el ayuntamiento está informando estos días del calendario electoral. A una de las charlas informativa,s celebrada en el colegio Almassil, asistió el alcalde y la concejala de Infancia, Lola Hortelano.

«Estos comicios cuentan con las mismas garantías que las elecciones democráticas que celebramos los mayores: hay un calendario electoral, un censo, una presentación de candidaturas, una campaña para pedir el voto y finalmente la votación», explica Bielsa, que considera «muy importante» que los niños y niñas participen en la vida de su ciudad. «No son ciudadanos del futuro sino del presente y tienen derecho a participar en las decisiones», dice.