Escoltados por la Policía Nacional y Local hasta sus vehículos para poder abandonarel polideportivo de Xirivella y regresar a Manises. Así fue el final del partido disputado el domingo entre el Sporting Xirivella y el Sporting Manises, correspondiente a la tercera jornada del grupo sexto de la segunda regional juvenil.
Fue a la conclusión de los 90 minutos y con el 1-3 en el luminoso, cuando se desató la locura. Los jugadores de ambos conjuntos se saludaron deportivamente y se encaminaron hacia la caseta tras un partido que había transcurrido con normalidad. Según explican fuentes del conjunto manisero, «comenzaron a increpar de manera ostensible a algunos de nuestros futbolistas y sin querer entrar en polémicas, nos fuimos al vestuario».
Pero los ánimos, subieron de tono por momentos. «Una veintena de aficionados locales, todos jóvenes, saltaron al campo y comenzaron a perseguir a nuestros jugadores, que trataron de resguardarse en el vestuario», apuntan. No llegaron a tiempo de cerrar la puerta y según la versión manisera, «dos o tres jugadores locales, con algunos aficionados, lograron entrar en la caseta donde se produjeron empujones y algún que otro golpe, mientras que más aficionados trataban de entrar ».
El delegado del Sporting de Manises corrió hasta el vestuario del colegiado para informar de lo ocurrido. En este sentido, según recoge el trencilla en su acta del partido, un «grupo de adolescentes que formaban parte de la afición del CF Sporting Xirivella entraron en el vestuario del equipo rival para agredir tanto a jugadores como al entrenador y el delegado del CF Sporting de Manises».
Ante lo que estaba ocurriendo, el árbitro decidió llamar a la Policía «ya que era la única manera de que los jugadores del equipo visitante pudieran abandonar el vestuario debido a que un grupo de más de veinte personas les esperaban en la puerta», según el acta.
Mientras el colegiado alertaba a la Policía, un par de aficionados corpulentos del Sporting de Manises consiguieron a empujones sacar a los aficionados locales y cerrar la puerta del vestuario, quedando recluidos en el interior jugadores y cuerpo técnico. En la grada, esperaba con nerviosismo padres y aficionados visitantes.
Rápidamente se presentaron en el polideportivo xirivellero varias patrullas de la Policía Nacional y Local. «Los agentes nos escoltaron hasta los vehículos y poder regresar a casa, aunque seguían habiendo tensión y la policía tuvo que sacar las porras porque seguían increpándonos», explican desde el conjunto de Manises. Al final salieron del estadio con alguna magulladura y tres puntos en el zurrón, los primeros de la temporada.
«En estos cuatro años de historia de la escuela no habíamos sufrido algo igual, que esperemos no vuelva a ocurrir», apuntan las mismas fuentes, que revelan que recibieron la llamada del Sporting Xirivella mostrando su apoyo por lo sucedido. Además, advierten que dentro de cuatro semanas volverán a Xirivella para jugar ante otro conjunto del municipio. «Lo hemos comunicado al ayuntamiento para que se garantice la seguridad», indican.
Por su parte, desde el Sporting Xirivella restan importancia al incidente, que limitan a «empujones e insultos entre los aficionados y los jugadores rivales», pero «allí no se pegó a nadie», y recalcan que se «en todo momento se prestó ayuda» al conjunto visitante por si «necesitaban atención sanitaria o la presencia de una ambulancia». Además, revelan que han comunicado lo ocurrido al ayuntamiento «para evitar que se repita». También desde el consistorio, el concejal de Seguridad, Josep Manel Moret, se muestra abierto s «prestar ayuda a ambos equipos» y lamentó los hechos «protagonizados por menores».
