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Patrimonio

En venta la Casa Social de Puçol que impulsó el capellán Mariano Amigó

El sacerdote promovió el edificio como centro de formación y más tarde fue cine y teatro La propiedad privada se oferta por 2.050.000 euros

Fue en los años veinte cuando el sacerdote de Puçol, Mariano Amigó, creó un edificio al que llamaría «La Casa Social». Fuentes del municipio apuntan que en el momento de su construcción, la casa estaba rodeada de campos y Mariano Amigó promovió junto a ella un barrio nuevo para los vecinos con menos nivel adquisitivo, el barrio de San Claudio.

El capellán hizo servir este espacio, durante mucho tiempo, como centro de formación, sobre todo para mujeres. Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX la construcción acogió la actividad de un cine y un teatro. Con un gran escenario al fondo y un mobiliario que ascendía a las mil localidades entre butacas, palcos y bancos, la Casa Social celebraba obras de teatro y proyectaba películas, un «Cinema Paradiso» de l'Horta. Más tarde, ya en la década de los noventa la parte inferior fue alquilada a un supermercado y en los últimos años hasta la actualidad, la construcción está en desuso. Aunque el ayuntamiento hizo un intento, hace un tiempo, de adquirir la propiedad, al final la transacción no culminó. Desde entonces, el edificio está cerrado y sin ninguna actividad. Hasta hace dos años, cuando se colocó una malla de protección en la cornisa para proteger a los vecinos de posibles desprendimientos.

Ahora, este icono del municipio permanece inactivo y los propietarios lo han puesto a la venta. Diferentes portales inmobiliarios en internet anuncian la venta de la Casa Social por valor de 2.050.000 euros. El ayuntamiento no puede afrontar la compra por su elevado coste y la adquisición está a la espera del interés de un comprador.

Colectivos vecinales han iniciado movilizaciones a favor de la conservación y restauración del patrimonio de Puçol. Entre estas personas está Sonia Pineda, involucrada en la creación de una asociación local por la memoria del municipio «Puçol memoria viva».

En referencia al futuro de la Casa Social, Pineda explica que, a su juicio, «con ayudas de administraciones o una empresa privada se podría adquirir. Lo que nosotros pedimos es que se respete la fachada así como algunas estancias ya que tienen un alto valor histórico y de patrimonio». En este sentido, y en caso que sea una empresa privada la compradora, Pineda pide que los responsables sean «respetuosos» con el edificio y sus elementos. Ella lo tiene claro: «si hay que movilizar al pueblo, recoger firmas o pedir ayudas estoy dispuesta a conservar el valor que tiene y no quedarme de brazos cruzados».

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