En el mismo año en el que Rocafort iniciaba la capitalidad de ciudades machadianas, de la que forma parte junto a Sevilla, Soria, Baeza, Segovia y Colliure, la familia Bàguena ponía a la venta Villa Amparo por 2,4 millones de euros en portales inmobiliarios.
El chalé, de estilo neoclásico, es una de esas residencias que nacieron a finales del XIX y principios del XX, al amparo del boom del veraneo burgués. La casa principal, con unas dimensiones que bordean los 500 metros cuadrados, ocupa el centro de una parcela ajardinada que supera los 3.000 metros. La planta baja cuenta con seis habitaciones, mientras que el piso superior, considerado el principal, alberga tres estancias que comunican por una gran terraza-balcón con vistas al mar.
En los últimos años, Villa Amparo funcionó como restaurante y para la celebración de banquetes. Por ello, en la parte exterior existen varias carpas con salones, cocina industrial y aseos. La licencia de actividad está vigente.
Allí se refugió Antonio Machado, junto a una quincena de familiares, entre noviembre del 36 y abril del 38. Nada más estallar el conflicto bélico, el Socorro Rojo y el Quinto Regimiento se incautaron de numerosas residencias en Rocafort y Godella para acoger a personalidades que huían del centro del país. El poeta fue uno de ellos. Pese a que la idea inicial era que se instalará en la Casa de la Cultura, en València, los problemas de salud que sufría el escritor decantaron la balanza por el sol y el aire fresco de Villa Amparo.
Durante su estancia en l'Horta Nord, según describe Monique Alonso en «Antonio Machado, el largo peregrinar hacia el mar», apenas se relacionó con el vecindario, al contrario que su cuñada y sobrinas, y salía pocas veces de casa. Recibía visitas de escritores e intelectuales, y en puntuales ocasiones viajaban en trenet hasta la capital de la República. En cambio, su producción literaria fue prolífica,aprovechando la soledad nocturna y las vistas privilegiadas a la huerta. Escribió poseía, con elogios al lugar, pero también artículos de prensa, al iniciar su colaboración con La Vanguardia y Fragua Social. En abril de 1938, Machado abandonó Rocafort en dirección a Torre Castanyer, antes de morir en 1939 en Colliure.
