«Hoy venimos, un año más, a homenajear a los 2.238 nombres que aún no están en ningún sitio, a las personas que fueron asesinadas y enterradas bajo la llave del silencio», explicó ayer Matías Alonso, coordinador del Grupo de Recuperación de la Memoria Histórica (GRMH) en el acto junto al llamado Paredón de España justo al lado del cementerio y organizado por el PSOE-PSPV de Paterna.

Allí, decenas de familias y políticos, entre los que estaban en alcalde, Juan Antonio Sagredo y la diputada en Les Corts por el PSPV, Mercedes Caballero, se reunieron para reivindicar, un año más, la construcción de un monumento al que es «el segundo lugar de España donde más gente se asesinó en la posguerra». «Pedimos recuperación arqueológica de la zona y la construcción de un memorial», apuntó Alonso. Este año, la reivindicación cuenta con un punto a su favor. La nueva Ley de Memoria Democrática, aprobada hace apenas unas semanas en Les Corts Valencianes facilita el camino y «articula mecanismos para hacer este memorial una realidad». Por su parte, el alcalde Sagredo animó a la gente acudir allí para «que vea lo que ha pasado y no lo olvide». «Es importante seguir reivindicando la dignidad de nuestros muertos y sus familias». Tras este acto, el cementerio de Paterna acogió un homenaje. Allí Caballero recordó que durante 10 años el PP en el Consell bloqueó la ley de la Memoria.

Una nueva agrupación

Ayer también fue la jornada elegida para constituir una agrupación de familiares de las explanadas en la parte inferior del camposanto, donde es posible que haya una gran cantidad de cuerpos. «No estamos seguros, de ser verdad es una obligación, amparándonos en la nueva ley, que las instituciones se hagan cargo. Ahora, los costes irán a otro nivel», explicó Alonso. Como mínimo, apuntaron los familiares, hay que dignificar el lugar. La hipótesis de que la explanada sea una gran fosa se refrenda mediante testimonios de hijos y nietos de hombres allí asesinados. «Yo vengo desde el 1954 todos los años a ver a mi abuelo. Soy de Torrent pero vivo desde hace más de dos décadas en Palma. Sé que él y mi tío están ahí abajo, hay que romper el silencio y dignificar. Sin odio, pero sin olvidar», explica Fernando Olivares. «Sentado sobre los muertos» fue el poema de Miguel Hernández que estuvo presente ayer, un día en que los familiares pedían «dignidad, justicia y memoria» y sobre todo que, como el de Orihuela, «su voz suba a los montes y baje a la tierra y truene, eso pide mi garganta, desde ahora y desde siempre».