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El Banco de Paja de Arroz bate récords al lograr empacar 30.000 balas en l'Albufera

La profesionalización de la recogida en los campos y la proliferación de nuevos usos convierten en éxito el proyecto

El Banco de Paja de Arroz bate récords al lograr empacar 30.000 balas en l'Albufera

A punto de cerrarse la temporada de la quema de la paja del arroz, el Banco de Paja de l'Albufera demuestra un año más que cada vez son mayores las alternativas. Las entidades impulsoras de este Banco (Acció Ecologista-Agró y L'Aixada com Eixida) aseguran que este año se ha triplicado el empaque de balas, con más de 30.000, gracias a dos factores fundamentales, la profesionalización de la recogida de la paja y la proliferación de nuevos usos.

A diferencia de otro años, esta temporada se ha hecho cargo de la recolecta la firma Piensos y Forrajes La Torre. «Debido a la sequía no encontrábamos paja en Albacete para nuestro ganado de vacas y toros y decidimos implicarnos con el Banco de Paja. No solo lo empacamos sino que también lo acopiamos en nuestros terrenos», asegura José Luis Pecino, representante de la empresa, que es el que lleva la cuenta. «Hemos recogido 10.000 balas de 20 kgs y 1.000 balas de 200 kgs lo que corresponde a 20.000 pequeñas, así que podemos decir que llevamos más de 30.000 balas , el triple que el año pasado», señala.

De esas balas, más de la mitad se encuentran acopiadas en sus terrenos, un problema. «Intentamos negociar con la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente para que nos ofreciera un almacen pero seguimos sin obtener respuesta», señala Lucia Moreno, de Acció Ecologista Agró. Esta medida había sido incluso anunciada por la Generalitat.

Unas balas que esperan dar salida debido a la proliferación de nuevos usos. Además de alimento de ganado rumiante, casi el 70 % de la paja de arroz recogida es destinado a funciones de acolchado en los campos. «Es la alternativa ecológica de los plásticos que utilizan los agricultores, además reduce la proliferación de malas hierbas y aporta un sustrato orgánico», explica. La paja se convierte, por tanto, en una cobertura para los terrenos.

Paja en la reforestación

En un sentido parecido, Moreno explica que la conselleria pidió el mes pasado 1.000 balas de paja de arroz para recuperar la zona forestal quemada en Gàtova. «Se está investigando su uso para paliar la erosión, el principal problema en las zonas quemadas», indican en la entidad ecologista.

Uno de los usos más novedosos y que se está impulsando más en esta campaña es el uso de la paja de arroz en la bioconstrucción. Levantar edificaciones pequeñas utilizando la paja como material. «Ya tenemos balas con el certificado de calidad de Okambuva, una empresa especializada en bioconstrucción», dice Morneo aunque reconoce que lo ideal sería «poder hablar antes con los agricultores para favorecer ya la existencia de paja adecuada para la bioconstrucción». En este sentido, el Ayuntamiento de València está estudiando la posibilidad de construir un punto de información en l'Albufera a través de este sistema. Muchos municipios también están utilizando la paja mezclada con plástico reciclado para piezas de mobiliario urbano, a través de la empresa Cmplastik.

Cultivo de setas

Uno de los usos más novedosos es utilizar la paja como sustrato para favorecer el crecimiento de hongos. «Una cooperativa de Iniesta (Albacete) se ha llevado balas para probar este uso», informan en el Banco de Paja. Y finalmente, en estas fechas, también empieza a haber demanda de municipios que piden paja en cantidades más o menos grandes para decorar sus belenes, para los montajes vivientes o para los mercadillos. «Es un material realmente aprovechable», concluye Moreno.

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