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Huertos Urbanos

Sabiduría agrícola que se transmite

Mislata recupera la actividad agrícola a través del proyecto de huertos urbanos que tutelan los que fueron los últimos agricultores y regantes

Sabiduría agrícola que se transmite

La construcción del nuevo cauce del río Túria, dentro del llamado Plan Sur, partió por la mitad el término municipal de Mislata (aisló el barrio de la avenida de la Paz, que ha quedado inserto dentro de Xirivella) y además se comió más de un tercio de la superficie. Esta ocupación de suelo por parte de la gran infraestructura de hormigón, unida a los procesos migratorios de los años 60 y 70 que atrajeron hasta l´Horta Sud a miles de familias de otros puntos de España, provocaron la masificación del espacio que quedaba, hasta el punto de convertir Mislata en una de las ciudades con más densidad de población de Europa (dos kilómetros cuadrados para 50.000 habitantes).

Pero además hubo otra consecuencia: la práctica desaparición de suelo para la agricultura, precisamente en un territorio por el que pasa la acequia de Mislata, una de las ocho que están bajo la jurisdicción del Tribunal de las Aguas de València, y que tiene su propio Síndic en la institución. Al proceso anterior, se sumaron el crecimiento urbano de los años 80 y 90, y los años de crecimiento y especulación de principios de siglo, que acabaron definitivamente con los pocos campos en activo.

La iniciativa de huertos urbanos que ha promovido el consistorio hace unos meses ha permitido recuperar la agricultura en la ciudad, aunque tenga una finalidad más de ocio o autoconsumo, lo que supone una pequeña reconciliación con su pasado. Hace apenas un siglo, donde hoy hay fincas de muchas alturas y grandes avenidas, había campos de cultivo de todo tipo de hortalizas. Ahora, el proyecto de huertos urbanos ha hecho posible además que se trasmita la sabiduría y la experiencia de los últimos labradores que hubo, que están ejerciendo, en muchos casos, de maestros de las nuevas generaciones de agricultores.

Para ello, el consistorio firmó en septiembre de 2016 un convenio con los regantes de la acequia para desarrollar este proyecto, que tiene 100 parcelas de huertos en un entorno de 9.000 metros cuadrados junto al emblemático Pou del Quint. Unos meses más tarde se completaba la parcelación y los 100 huertos quedaron listos. En abril de este año se sortearon unas 70 parcelas, cuyos adjudicatarios ya han recogido sus primeras cosechas. Y tras el verano se entregaron las restantes hasta completar el total. Los huertos se sortearon tras una convocatoria pública y su adjudicación es siempre para el autoconsumo de productos que dé el campo y no para su comercialización.

La gestión global de los huertos está en manos de la comisión que supervisa el funcionamiento, además de mediar en los posibles conflictos que puedan surgir entre usuarios, establecer horarios o controlar el uso eficiente del agua en el riego. Esta comisión, cuyas reuniones se celebran en el Pou del Quint, está formada por José Suay, ´síndic´ de la Acequia de Mislata; Julián Martínez, portavoz de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos; Ángel Olmos, técnico municipal responsable de los huertos urbanos; Francisco Herrero, concejal de Servicios Municipales, y el usuario de mayor edad, un vecino de 84 años. «El cultivo de la tierra es la mejor herramienta para transmitir a los más pequeños de Mislata que, no hace tanto tiempo, sus padres o sus abuelos se criaron en un pueblo con un modo de vida y unas costumbres muy distintas a las de ahora», valora el alcalde, Carlos Fernández Bielsa.

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