La alegría de centenares de agraciados por el Gordo del Niño, contrastaba con el cabreo de unos cuantos que se quedaron esperando a los repartidores de papeletas de la hermandad, «como hacían siempre». Su malestar originó que algunos de ellos presentaran dos denuncias contra la junta directiva del Sant Sepulcre reclamando el premio que consideran que deberían tener, el equivalente a las papeletas que solían comprar para este sorteo. El juzgado de Torrent que lleva el caso ha unido ambas denuncias en una sola y está previsto que a finales de enero testifiquen los representantes de la cofradía. Precisamente, el caso motivó que la hermandad cambiara el sistema de venta de lotería, centralizando la compra en la sede social y no de forma ambulante como solía hacerse.
