Cuando aludimos a la violencia contra las mujeres, mayoritariamente se piensa en una agresión física. Ahora, cada vez más, también de la psicológica. Sin embargo, hay otras formas de violencia que pasan más desapercibidas y, con el objetivo de visibilizarlas como paso previo a erradicarlas, la Casa de la Dona de Quart de Poblet, dependiente de la Concejalía de Igualdad, que dirige Cristina Mora, ha dedicado a esta tarea su calendario de 2018.

Mes a mes, se reflejan comportamientos, actitudes y realidades que evidencia el trato vejatorio, discriminatorio, brutal, en demasiadas ocasiones, que sufren las mujeres. «Creemos que un calendario, precisamente porque se utiliza mucho y se consulta a diario, es un eficaz medio de difusión de las campañas vinculadas con la igualdad de oportunidades y la lucha contra la violencia de género, en las que en Quart de Poblet trabajamos Ayuntamiento y ciudadanía codo a codo», explica Cristina Mora.

Enero es el mes elegido para denunciar la violencia simbólica, aquella que se deriva de los mensajes transmitidos socialmente, que reproducen la desigualdad y la subordinación de las mujeres: «Así no se comportan las niñas, eres una princesa, ¿cuándo te casas?, se te va a pasar el arroz, ¿piensas tener hijos?».

La violencia laboral, denunciada en febrero, se sustenta en hechos como discriminar y obstaculizar el ascenso o estabilidad en el empleo, exigiendo requisitos vinculados a la edad, estado civil, maternidad o apariencia física, y en que una mujer perciba un salario inferior al de un hombre por realizar la misma tarea o función.

Marzo, junio, agosto y octubre se centran en la violencia psicológica, ya que esta tiene múltiples formas, algunas tan asimiladas socialmente que todavía hoy siguen justificándose. El primer mensaje es directo: No es amor si te controla porque cree que eres de su propiedad o si te aísla porque no quiere compartirte con nadie. Frases como: ¿Qué harías tú sin mí? ¡No vales para nada! ¡Vas provocando! ¡Aquí se hace lo que yo diga! ¡Vaya amistades que tienes! ¡A tí quién te va a querer! son violencia, como también las humillaciones, amenazas, desprecios, gritos e insultos, o la obsesión por controlar el móvil y las redes sociales de la pareja, exigiéndole las contraseñas como muestra de confianza. Existe una violencia mediática, tal como refleja abril, que tiene como pilares la difusión de imágenes que discriminan y atentan contra la dignidad de las mujeres; la utilización del cuerpo femenino como objeto sexual, y la transmisión de modelos de belleza basados en la juventud, la delgadez y/o la perfección corporal.

Por lo que respecta a la violencia obstétrica, el calendario denuncia en mayo la alteración del proceso natural del parto, el abuso de la medicalización y el incremento de cesáreas. Julio se detiene en la violencia cultural, las actitudes discriminatorias que se transmiten culturalmente: sumisas y femeninas, amas de casa y cuidadoras, sexo débil, responsables de embarazos no deseados o invisibles en el lenguaje.

La violencia sexual (septiembre) va desde tocamientos no deseados a la explotación de la mujer, y la violencia física, la que ha segado la vida de cerca de un millar de mujeres en España desde 2003, sin contar los niños y niñas también asesinados, se materializa en empujones, palizas, golpes... llegando al asesinato. El calendario la analiza en noviembre, coincidiendo con la celebración el día 25 del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Finalmente, queda la violencia económica/patrimonial, tratada en diciembre y que supone disponer de las propiedades o del dinero de la mujer sin su consentimiento o no aportar dinero intencionadamente para atender las pensiones alimenticias y/o las necesidades básicas.