Es medio día pero el ajetreo de la ciudad difiere con el ambiente que se respira en Museros. No se oyen coches y parejas de ancianos pasean por las calles al tiempo que una madre con carrito sale de un establecimiento en el que se lee «Forn de Pà». «Bon dia, María», se escucha desde la ventana de una casa de pueblo. Según un informe del Instituto Nacional de Estadística, Museros y Massalfassar son dos de los pueblos de l´Horta que más han crecido en población en los últimos años y la sensación de las personas vecinas es la misma.
«Llevo desde el año 1974 viviendo en Museros porque, aunque soy de Córdoba, me casé con un muserenco y aquí estoy». Habla Chelo Redondo, una vecina de la periferia del núcleo urbano que reconoce que en los últimos años el municipio ha aumentado. «Han construido nuevas viviendas a las afueras, y eso se nota», señala al tiempo que se despide para ir a trabajar. Paco y Amparo- padre e hija- son del pueblo de toda la vida y,a su parecer, la gente que elige mudarse a Museros lo hace porque «es más barato vivir en un pueblo que hacerlo en la ciudad, quizás un piso en València te cuesta tres veces más que una casa de más dimensiones aquí en l´Horta», razonan.
Por su parte, Sublema Lluch, que coge el Metro para ir a trabajar achaca el aumento en el vecindario a la buena comunicación con otros núcleos urbanos. «Puedes estar en la ciudad en veinte minutos, para los que trabajamos va muy bien», apunta. Además, reconoce el atractivo de residir en una comunidad pequeña y convivir en una «pequeña gran familia». «Nos conocemos todos y aquí no te aburres, fiestas no faltan, y si no las hay, nos las inventamos», bromea.
Más casas, más modernas
A cuatro kilómetros de allí y a escasos 5 minutos en coche, un cartel informa de que entramos en el término municipal de Massalfassar. La huerta y la idiosincrasia de viviendas y adosados relativamente modernos da indicios de que, al igual que en Museros, el municipio también ha sufrido un proceso de ampliación de viviendas. Ramón, un vecino de «siempre» explica que desde hace aproximadamente dos años «esto ha crecido mucho». Tanto, añade, que «antes andabas por la calle y conocías a todos, ahora cada vez que vas a pasear te encuentras con alguien nuevo».
Vicente Blasco también es un veterano en Massalfassar. Junto a su amigo, un simpático vecino que se desplaza en bicicleta «hasta para ir al ayuntamiento», conoce bien cada rincón de su pueblo que, dice, tiene un valor añadido. «La gente quiere pueblo y servicios y aquí los tenemos. Desde que se ha desarrollado la zona es verdad que hay más gente. Además, tenemos playa».
Cerca de la Casa del Poble hay una terraza con varios grupos. Una tienda expone el cartel de «rebaixes» y Mercedes Mena sale del banco. «Llevo viviendo aquí desde hace unos 10 años y desde que construyeron las urbanizaciones de casas ecológicas hemos crecido como población. Supongo que es más barato que vivir en València y más tranquilo. Al menos para mí», opina la vecina.
Pablo Pérez tiene 24 años y trabaja en Massalfassar y aunque es de Puçol,le es más cómodo vivir en el mismo pueblo en el que trabaja. «En mi caso es un poco más caro pero me gusta más vivir aquí. Además, con la V-21 en nada te plantas en València y desde que han mejorado los servicios tenemos hasta un macro hipermercado aquí cerca. La verdad es que está muy bien», concluye.
Los pueblos de l´Horta evolucionan. Y sus escenarios tienen cada vez más contraste. El centro del núcleo urbano tanto de Museros como de Massalfassar se caracteriza por componerse de casas de pueblo, bajitas, de colores claros y con detalles rurales. El ensanche de las localidades albergan edificios, casas, adosados y urbanizaciones más modernas. Pero hay algo de lo que gozan ambos pueblos, un ambiente tranquilo que, según sus habitantes, atrae a nuevos vecinos.
