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Parc Fluvial del Túria

«Solo hace falta sentido común sobre la bici»

Los ciclistas que recorren el Parc Fluvial del Túria ven innecesaria la propuesta de los municipios de cruzar los puentes a pie

La ruta que ofrece el Parc Fluvial del Túria es un espacio donde conviven ciclistas, caminantes y jinetes. maties oliver

Los ciclistas que transitan habitualmente por el Parc Fluvial del Túria no ven necesario regular el tráfico de bicicletas tal, como propondrá la Asociación de Municipios vinculados al río Túria a la Confederación Hidrográfica del Júcar. Una de las sugerencias es que los usuarios de este tipo de transporte pongan un pie al suelo para cruzar caminando los puentes a lo largo del espacio natural. Aumentar la seguridad es importante para muchos de los usuarios que han visto excentricidades a dos ruedas pero piensan que con sentido común se deberían evitar situaciones peligrosas.

Es el caso de Alejandro Hernandis y Sergio Gozálvez, amigos de l'Eliana de 46 y 42 años respectivamente y que llevan circulando por las rutas del paraje prácticamente «desde que lo acondicionaron» -el espacio fue creado el 13 de abril de 2007-. «Bajarte de la bicicleta para cruzar un puente si no viene nadie es un poco incomprensible, lo habitual no es sobrepasar el límite de velocidad», cuenta Gozálbez. «Es verdad que hay algún ciclista que va muy deprisa y los peatones sufren riesgos. Por ese motivo veo bien que se regule», explica Hernandis. «Algún grupo de amigos pueden retarse e ir más deprisa pero son los mismos que cuando van con el coche son malos conductores», continúa el primero de los elianeros.

Otros ciclistas eran más duros con la propuesta de los municipios. «No es necesario bajarse de la bici, si vas con conocimiento no hay problemas porque la gente que hace la ruta no es novata», relata José Solaz de 64 años y vecino de València. Algo que refrenda Antonio Pineda, de 58 años y también morador en la capital, al decir que «esto es un carril bici, es un sin sentido, no veo la razón para poner el pie en el suelo ya que hay espacio suficiente para pasar por ambos lados». Por otra parte, algunos de los ciclistas se quejan de que estas paradas les cortan el ritmo e incluso pueden provocar lesiones como en el caso de Florentino Ballesteros, un segoviano de 53 años residente en València, que al frenar su marcha a petición de este periodista le entró un calambre. «Parar cada cierto tiempo es horrible para los ciclistas, tú mismo lo has podido comprobar», bromeó el castellanoleonés.

Jóvenes concienciados

Sin embargo, los ciclistas más jóvenes eran más comprensivos con estas medidas. «Si es por seguridad me parece bien», cuenta Pau Rey, de València, a sus 31 años. «Aunque es bastante conflictivo para los ciclistas, si hay que bajarse de la bicicleta se baja. Alguna vez he rozado el manillar con otro ciclista y he visto pasar algunos a demasiada velocidad», confirma Álvaro Albarracín de 26 años y también del cap i casal. De hecho, él se considera «respetuoso porque aminoro la marcha cuando me cruzo con alguien pero hay muchos emocionados que se conocen muy bien el camino». «Hay gente que se cree que está en el Tour de Francia y al estar acostumbrados a ir solos no respetan las señales», secunda el capitalino Luís Díaz de 42 años. Asimismo, Rey cree que «el espacio en los puentes es pequeño por lo que no es mala opción».

Pero lo que realmente preocupa a este y otros usuarios son las cañas y la maleza que aflora a lo largo de la ruta. «En muchas curvas no se ve nada, hay que cuidarlo más», denuncia Pau Rey. «Estaría mejor que acondicionaran el camino, hay muchos problemas con las cañas que lo invaden porque reducen el espacio de paso», relata Vicente Martínez de 52 años y vecino de Mislata.

No obstante, los pocos usuarios que marchan a pie ven «una chorrada» la parada en los puentes porque «en general la gente es respetuosa», comenta Beatriz Fernández, vecina de Quart de Poblet, la cual prosigue su marcha mientras los ciclistas pasan por su lado sin causar molestia alguna.

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