El equipo de gobierno de Xirivella mostró ayer su sorpresa por la visita al realizarla "sin comunicarla a alcaldía. La práctica habitual en este tipo de visitas es comunicarlas al alcalde y a la Corporación de los municipios más afectados", sostienen en un comunicado.

En este caso, ni el alcalde de Xirivella, Ricard Barberà, ni el regidor de Urbanismo, Michel Montaner, "sabían nada de la visita. Más allá de la descortesia de visitar las obras sin avisar, el equipo de gobierno municipal lamenta que se haya perdido una buena ocasión porque el delegado del Gobierno español, responsable de las obras, estableciera contacto directo con los representantes de los vecinos y vecinas más afectados por las obras, que en las últimas semanas están sufriendo varias incidencias que han sido motivo de quejas y de preocupación".

El alcalde de Xirivella trasladará su malestar al delegado del Gobierno y le reiterará su invitación a volver a visitar tanto las obras como los edificios afectados, acompañado, esta vez, por los representantes vecinales. «Tanto a Juan Carlos Moragues cómo a los técnicos de Fomento los hemos trasladado en varias ocasiones las quejas y la intranquilidad vecinal, la última en la reunión que mantuvimos el pasado 16 de enero», explica Ricard Barberà. «Es una lástima que el delegado del Gobierno haya preferido convertir su visita en un acto propagandístico, casi de precampaña electoral en lugar de aprovechar para tranquilizar los vecinos e interesarse por las molestias que están sufriendo y comprobar si se están causante daños en las fincas de la avenida de Riu Túria, justo ante la V-30», se lamenta Ricard Barberà.