Los rostros que durante años presidieron el antiguo salón de plenos de Aldaia ya han vuelto de nuevo a la institución que representa la soberanía local. El gran mural que pintó Salomón Tárrega en los años 70 por encargo del entonces alcalde de Aldaia, Salvador Gadea, está de nuevo desde ayer en dependencias municipales, donde se quedará hasta el día del homenaje póstumo que se prepara a este artista y hasta que se decida cuál será su emplazamiento definitivo.
El mural, que consta de tres plafones, representa la historia de Aldaia y algunos de sus oficios tradicionales. El artista lo pintó en el momento de su mayor esplendor creativo, cuando ya había arraigado en él un estilo propio que se convirtió en su principal característica, el de los rostros que reflejaban el dolor.
El cuadro estuvo en el antiguo consistorio durante más de dos décadas, hasta que en los años 90 se construyó el nuevo edificio, El mural se quedó por un tiempo en la primera sede, ya que se utilizaba como sala de exposiciones, aunque la humedad del edificio aconsejó retirarlo para que no se deteriorara. El propio Salomón lo custodió durante años y, una vez falleció, hasta hace pocos días, estaba en manos de su hija.
Marta Tárrega lo ha restaurado este fin de semana en la sede del centro municipal de Artes y Oficios y ha vuelto a rescatar sus vivos colores. El mural, desmontado en los tres plafones (tiene más de cinco metros de largo por 2,5 de alto), fue llevado ayer al salón de plenos del nuevo ayuntamiento y colocado sobre uno de los muros. En este recinto se realizará el reconocimiento a Tárrega en unas semanas, como Hijo Predilecto de la población.
