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Patrimonio

El día que Alfonso XIII protegió el Castell

El alcalde de Alaquàs de la época, José Vento, inició una movilización para que su dueño no lo demoliera

El día que Alfonso XIII protegió el Castell

Una gran procesión cívica con teatro de calle, «dansà», «moixerangues» y otros elementos culturales identitarios abrirá el próximo 21 de abril las celebraciones en Alaquàs del centenario de la protección de su Castell renacentista. En esa jornada, no solo se conmemorará que el rey Alfonso XIII lo declaró monumento histórico-artístico nacional, sino también que, con ello, se logró salvar uno de los tres momentos del siglo XX en el que el bello palacio estuvo en peligro de desaparecer o, al menos, de perder sus principales valores.

Tradicionalmente se había atribuido la salvaguarda del Castell a la movilización de la intelectualidad en torno al Centre de Cultura Valenciana a la que llegaron las noticias de su posible demolición, como recogió en el año 2000 la publicación de «Quaderns d´Investigació d´Alaquàs» en un trabajo que firmaba el investigador Rafael Roca. Años después, en 2010, el también experto y colaborador de Levante-EMV, Tomás Roselló, logró ampliar los datos de aquel pasaje histórico y recuperar el papel que desempeñaron el alcalde de la época, José Vento, y los hermanos Benlliure, que conocían el monumento porque su abuela era de Alaquàs. Ello fue posible gracias a un informe que guarda el Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y que fue escrito por el propio alcalde.

Según el trabajo «En defensa del Castell d´Alaquàs: El patrimoni d´un poble (1918)», Roselló explicó que el comerciante Vicente Gil Roca había adquirido el Castell a Julio Jiménez con el propósito de demolerlo. Tras enterarse el alcalde Vento, el 30 de marzo de 1918, convocó un pleno en el que la corporación declaró que el Castell era «un edificio que caracteriza al pueblo» e «historia viva, material que acredita la antigüedad del pueblo, y que causa sorpresa y admiración á los forasteros», entre otras consideraciones. Por ello, «alentado por toda la población», constituyó una comisión para acudir a hablar con «el ilustre hijo adoptivo de esta población D. José Benlliure, para rogarle que tanto él como su hermano el Excmo. Sr. D. Mariano Benlliure (entonces director general de Bellas Artes) se interesen en que no se derribe el referido Castillo». «¡Cómo derribar el Castillo, eso no puede ser! ¡De ninguna manera! El pueblo perdería su personalidad, eso hay que evitarlo a toda costa», recoge el informe que dijo José Benlliure.

Vento escribió a Mariano Benlliure y la familia movilizó a la prensa valenciana en favor del monumento. También la comisión de Alaquàs llamó a otras puertas. Todo indica que el entonces director general de Bellas Artes logró un dictamen favorable de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tras toda una serie de gestiones con diversas instituciones del Estado que se realizaron en tiempo récord, finalmente el 21 de abril de 1918, se dictó la Real Orden por la que el rey Alfonso XIII protegía el Castell d´Alaquás como edificio artístico. Por precaución, el propio Mariano Benlliure tuvo que firmar días más tarde una notificación dirigida al Gobernador Civil de València para que advirtiera al dueño de que, a raíz de la protección, no podía demolerlo sin permiso, en incluso el Ministerio de Instrucción Pública intentó una expropiación que los tribunales no autorizaron.

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