«Si cien vidas tuviera, cien más las dedicaría a defender la república». Lo dijo una víctima del franquismo de Rafelbunyol en una carta, antes de ser asesinado, tras acabar la contienda, por sus ideas republicanas. «Entonces, todavía quedan 99», contestó el pasado viernes su nieto. La Casa de la Cultura de Rafelbunyol acogió el pasado 16 de febrero una jornada de memoria histórica en recuerdo a las 22 personas del municipio asesinadas- 9 de ellas fusiladas y 3 que fallecieron en prisión- por su ideología al acabar la Guerra Civil. «Recuperant la memòria» fue organizada por la Associació de Familiars de la Fosa 113 y contó con la intervención del alcalde de Rafelbunyol, Fran López, el investigador de memoria histórica de la Diputació de València, Pau Pérez, el profesor de periodismo de la Universitat de València, Santi Vallés y los familiares de represaliados de la fosa 113 del cementerio de Paterna que forman una asociación.
La fecha elegida, el 16 de febrero, no es casualidad. Pau Pérez cuenta que «ese mismo día, en 1936, la república celebraba sus últimas elecciones democráticas». En la sala cabían, según el investigador, unas 200 personas, «y la prácticamente la llenamos. Fuimos alrededor de 150».
El acto lo abrió el alcalde del municipio. En su intervención, Fran López apeló a la reconciliación de los dos bandos.
A continuación, Pérez hizo una exposición en la que repasó la cronología histórica desde Primo de Rivera, pasando por la República y acabando con la Guerra Civil Española. «Di un poco las claves de la contienda y cómo trascurrieron los hechos hasta llegar a la dictadura de Francisco Franco».
Por otra parte, Santi Vallés, presidente de la Associació de Familiars de les víctimes de la Fossa 113 de Paterna explicó el origen de esta agrupación, que resultó ser un punto de encuentro entre personas que descubrieron a través de diferentes medios una unión: el asesinato de sus familiares por sus ideas republicanas y que buscaban lo mismo: Verdad. Justicia. Reparación. «Santi Vallés explicó que algunos familiares querían llevarse los cuerpos una vez exhumada la fosa pero otros querían que descansaran allí, como un símbolo para recordar lo que allí pasó. Paterna fue la tumba de muchas personas que murieron por defender sus ideales». Los familiares también hablaron. Explicaron sus historias personales. Las de sus bisabuelos, abuelos...incluso una señora presente lloraba la muerte de su padre. «Las lágrimas no la dejaban hablar».
