La conselleria de Obras Públicas invitó ayer al Ayuntamiento de Vinalesa a sumarse al convenio firmado entre su departamento y la EMT, con el objetivo de que los autobuses rojos de la línea 16 entren dentro del municipio y no se detengan solo en la rotonda de acceso al pueblo, circunstancia que genera quejas vecinales por la inseguridad.

La intervención de la conselleria de Mª José Salvador permitió a finales de 2016, que Paterna, Alboraia, Moncada y Vinalesa recuperarán el servicio de EMT que años antes recortó el PP de Rita Barberá. El acuerdo supone que la conselleria sufraga con 305.000 euros anuales, el coste adicional que le supone a València alargar las diferentes líneas hasta los cuatro pueblos metropolitanos.

Una gran losa

Todos están satisfechos con aquel convenio, de cinco años de duración, pero en Vinalesa el recorrido finaliza alejado del casco urbano y los vecinos tienen miedo, sobre todo en horarios de poca luz. Desde conselleria, explican que los trazados se consensuaron con los ayuntamientos, que «son los que más cerca están de los ciudadanos y mejor conocen sus necesidades y prioridades». En este sentido, la Generalitat admite que «obviamente», alargar los kilómetros de la línea supone «mayor coste económico». Por ello, sostienen que «nada impediría la participación del municipio» en la financiación del mantenimiento del servicio. Pese a que el departamento de la Generalitat defiende que el trasporte público «es una de nuestras prioridades», no oculta que la conselleria «sufre la gran losa dejada por la mala gestión del gobierno anterior».

Recuperar tres paradas

Por su parte, la alcaldesa de Vinalesa, Alba Cataluña, afirma que «sería conveniente recuperar las tres paradas» de autobús de la EMT que anteriormente tenían dentro del casco urbano. Sin embargo, la munícipe socialista apunta que el consistorio» no puede afrontar los gastos» que conllevaría instaurar nuevas paradas más allá de las que costea actualmente la conselleria.

La EMT no tiene constancia de rutas o paradas consideradas como peligrosas para sus usuarios, pese a que la compañía tiene previsto implantar las paradas a demanda para garantizar la seguridad de las mujeres. La EMT asegura que nunca se ha elaborado un informe en este sentido porque es competencia de la Policía Local, y recuerda que no ha recibido ninguna queja o sugerencia de mujeres u otros colectivos en este sentido. Todas las paradas ubicadas en los pueblos de València o en los barrios periféricos, al ser zonas más despobladas, dan una sensación mayor de inseguridad que otras paradas ubicadas en el centro de la ciudad. Condicionantes como el alumbrado el ser una vía más transitada por vehículos puede cambiar la percepción de seguridad de los usuarios.

Mislata sí pidió las paradas a la carta

En cambio, el Ayuntamiento de Mislata remitió hace un mes una solicitud al alcalde de València, Joan Ribó, para que "nos ayude a establecer medidas de seguridad para las personas que utilizan la línea nocturna N4, que atraviesa Mislata, y que asuma comportamientos con perspectiva de género, aumentando la protección y mejorando la seguridad a posibles víctimas de violencia, pero también acortando los recorridos para personas con movilidad reducida".

El alcalde Carlos Fernández Bielsa, recordaba entonces que aunque Mislata "es una de las ciudades más seguras de España, y así lo confirman los últimos informes, nos parece adecuado reclamar medidas de prevención ante la violencia, y ayudar en cuanto esté en manos de los municipios a aumentar la seguridad de todas las personas, pero especialmente de las mujeres víctimas de agresiones machistas, una lacra que cada día lamentamos con más preocupación, y tenemos que frenarla trabajando entre administraciones públicas con medidas contundentes".