El Ayuntamiento de Torrent acaba de iniciar la segunda fase de su estrategia de desarrollo sostenible (Edusi), que financia la Unió Europea, después de la primera etapa en la que se prepararon todos los proyectos urbanísticos. Tal y como anunció ayer el concejal de Modernización, Andrés Campos, el consistorio ha preparado una batería de 33 propuestas, que van destinadas a acometer el grueso de la sensorización de la ciudad, en sus diversos usos.

Estas iniciativas son el resultado del proyecto que presentó el consistorio y de las propuestas que esbozaron las organizaciones ciudadanas integrantes del consejo de participación propio de la Edusi. Ese organismo volverá a ser convocado en dos semanas para valorar el programa que ahora lanza el consistorio y darle el visto bueno, al igual que lo hará la comisión específica que integran todos los grupos políticos.

Campos indicó ayer que algunos de los proyectos de instalación de sensores irán destinados a los desfibriladores (cuando se utilice uno saltará una alerta), a los accesos a edificios públicos y a la generación de rutas saludables. En este último caso, el consistorio podrá medir desde las calles con menor contaminación a las más frescas y con más sombras, para ofrecer posteriormente recomendaciones de itinerarios a mayores o a niños. También detectarán los edificios que acumulan más calor «y cruzando los datos con el padrón, podemos saber por ejemplo si la población mayor necesita recursos o gestionar subvenciones para ciertas comunidades de vecinos», dijo.

Al plan global de sensorización de la ciudad, el ayuntamiento destinará en 2018 unos 200.000 euros, una partida que se une a los 368.000 para convertir todos los colegios en «inteligentes», con las prestaciones que ya tiene el Juan XXIII del barrio Xenillet, que se benefició de una iniciativa piloto.

Además de los sensores que podrán medir diversos aspectos, la segunda fase de la Edusi también incluye medidas de eficiencia energética o reducción de las emisiones como por ejemplo el cambio de las calderas de la climatización de todos los colegios públicos de la ciudad, un proyecto valorado inicialmente en un millón de euros y del que ahora se estudian las soluciones técnicas concretas que se aplicarán.

Otro de los proyectos que también financia la estrategia Dusi es el de formación del personal del área de Servicios Sociales para atender, de forma más especializada, a personas que sufren situaciones de pobreza energética.. Si hasta ahora a atención consistía en pagarles el recibo, en el futuro se pretende desarrollar un plan de acompañamiento que incluya desde una posible renegociación del contrato que tienen con su suministrador, el cambio de los elementos que utilizan como calefacción o una evaluación de las condiciones de la vivienda.