La casualidad y el tesón de los miembros de la Junta Local Fallera de Paiporta, ha permitido el hallazgo de la imagen de un Niño de la Pasión que se daba por pérdida, entre los trastos viejos en una alcoba de un convento de Mislata.

La junta se propuso elaborar un estudio sobre la vida y obra del escultor José Pérez Gregori, quien entre su destaca trayectoria, esculpió la imagen del San José ubicado en la Iglesia de San Jorge de Paiporta, y que este año cumple su 75 aniversario. El objetivo era rendir homenaje al autor del patrón de las fallas paiportinas y se pusieron manos a la obra.

Durante la investigación consultaron libros, documento e incluso recortes de periódicos, en los que se hacía referencia a Pérez Gregori. Fue entonces, cuando a través de una noticia publicada en Levante-EMV en diciembre de 2009, conocieron que el escultor también era autor de un niño Jesús. En aquel artículo, Francisco Gil Gandia repasaba la figura del divino niño dentro de la cultura valenciana y detallaba que su «impronta como figura aislada cobra relieve desde la devoción moderna de una mirada individualizada hacia su persona». El que fuera Canónigo de la Catedral de València, fallecido en marzo del pasado año, enumeraba las advocaciones del Jesuset, desde el del Milagro hasta el de la Pasión. En este segundo, figuraba uno cuyo responsable era Pérez Gregori, apuntando que lo hizo tras la Guerra Civil y que lo conservaban las monjas servitas de Mislata.

Lo primero que hicieron fue ponerse en contacto con el convento y la sorpresa fue que ya no había monjas, sino monjes. Los integrantes de la JLF de Paiporta relatan que hablaron con el ´padre Antonio´, residente ahora en el lugar, quien les explicó que las religiosas se marcharon en 2010. La junta le contó que buscaban al Niño Jesús de la Pasión. «¿Sigue aquí? o se lo llevaron las monjas entre todas sus pertenencias», preguntaron los falleros. El religioso confesó que desconocía tal historia y solo pudo decir que las monjas se lo llevaron todo durante el traslado. La esperanza parecía desvanerse para la JLF.

Pero la curiosidad pasó a la mente del padre Antonio, que también se marcó el objetivo de hallar la pieza. Primero habló con una de las monja, pero apenas logró información válida, dada la avanzada edad de la religiosa. Pese a todo no desfalleció, y se puso a buscar entre todas las estancias del convento. Cuando la JLF lo daba todo por perdido, sonó el teléfono. El padre Antonio había encontrado al Niño de la Pasión, tras unos trastos viejos. Se trataba de una imagen del Jesuset, con los brazos abiertos delante de una cruz y sobre un pedestal. La talla se encuentra ahora en el convento en un lugar más adecuado.

Dentro de las investigaciones de la JFL, también les permitió, a través de otra noticia de Levante de 1956, conocer la verdadera historia del Niño de la Pasión de Pérez Gregori. Según relataba aquel artículo sobre el maestro Serrano, se hablaba de la calle Monjas Servitas, esquina con Triados, en pleno barrio de Velluters. En ese punto se plantaba una falla. La Junta averiguó tras conocer esta circunstancia, que precisamente en esa calle estaba el taller del artista y también el convento de Monjas Servitas al Pie de la Cruz, fundado en el siglo XVI.

El convento sufrió un bombardeo en 1873 y con el estallido de la Guerra Civil fue incendiado, desapareciendo parte de sus obras. En 1940 fue demolido y las religiosas se trasladaron a Mislata. Desde la Junta Local de Paiporta han llegado a la conclusión de que la proximidad del convento con el taller de Pérez Gregori, fuera el motivo de tallar el Jesuset.