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Patrimonio

El puerto romano de Puçol

Un investigador realiza un estudio que defiende que las playas del municipio acogieron un muelle

El puerto romano de Puçol

¿Tuvo Puçol su propio puerto romano? José María Tortajada, arquitecto valenciano, cree que sí. Así lo expresa en su investigación, en la que expone las hipótesis que le han llevado a defender que las playas de Puçol sí acogieron un puerto romano, concretamente, el tramo de la costa puçolenca a dos kilómetros del Grau Vell, la zona antigua del puerto de Sagunto. La capital de l´Horta Nord linda con el Puerto de Sagunto, una estructura a orillas del Mediterráneo importante comercialmente, tanto, que construyó un núcleo urbano propio en paralelo al desarrollo de su infraestructura a principios del siglo XXI.

Según las primeras hipótesis, Puçol también tuvo una dársena, aunque hoy en día no se conserva. La primera evidencia que refleja Tortajada en sus estudios es que el municipio ya existía en época romana, según los restos de este periodo encontrados en la zona de Trull dels Moros. Canales aqüíferos y restos de infraestructuras para buques lo avalan.

A partir de ahí, su investigación señala a Puzzuoli, una ciudad italiana cercana a Nápoles y la relación que podría haber tenido el triángulo Puzzuoli, Puçol y Saguntum.

Saguntum tenía una ruta marítima directa con Puzzuoli en Italia y ambos enclaves se parecían, sin embargo, no fue Saguntum quien adquirió el nombre italiano. Sino la zona limítrofe, que, según Tortajada, «sabemos que se dedicaba al aceite y el vino y que muestra evidencias de ser una zona portuaria de embarque a través de lagunas y en el mar con muelles». Las similitudes físicas entre Puçol y Puzzuoli llevan a pensar al investigador que el pueblo italiano dio nombre a la localidad costera de l´Horta. Pero el parecido geográfico de ambos territorios no es la única razón por la que Tortajada señala a Puzzuoli. «La costa desde el Grau Vell hasta la playa de Puçol alberga restos de construcciones abovedadas, con un hormigón romano, hecho con cerámica molida». Y a partir de este dato, explica. «La Puzzuoli italiana se denomina así porque en la época romana tenía pozos hechos para alcanzar un material bajo tierra hecho de arenas volcánicas. Estas arenas se conocían como puzzolanas y servían para hacer hormigón». Ese material, hecho con los restos volcánicos- llamado técnicamente opus caementicium puteolanus- también tiene una relación con Puçol. «Cuando no se tenían puzzolanas, se sustituían con cerámica molida, ya que daba un resultado parecido». Y eso es lo que cree el arquitecto que hacían en el puerto de Puçol.

Hormigón de cerámica

Tortajada explica que las roturas de las ánforas que se usaban para transportar mercancía que se comercializaba en la zona de Puçol, se trasladaban a molinos como el del Trull dels Moros, inactivos de marzo a agosto- época en la que no se elaboraba el aceite o del vino, un proceso ejecutado en tres etapas: de agosto a noviembre para la uva y de noviembre a marzo para el aceite- y se utilizaban para triturar y moler la cerámica. El producto obtenido servía para confeccionar hormigones y «se comercializaba desde el puerto romano de la playa de Puçol, cercano pero diferenciado del de Sagunt», detalla Tortajada.

Para él, estas hipótesis son suficientes para que los navegantes de Puzzuoli bautizaran a Puçol con el nombre de su pueblo natal. «Era físicamente parecidas y las unía la elaboración de un producto único en ambos lugares».

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