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«Nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Contratamos a un abogado para que os representara pero no nos han dejado intervenir en el proceso que siempre ha llevado Industria con las empresas», asegura Juan Carlos, uno de los vecinos del inmueble. Blas, el entonces presidente de la comunicad, indica que ante la pasividad de todos los actores, «fuimos los vecinos los que cambiamos el ascensor, que aún estamos pagando ya que nos ha costado 45.000 euros, porque estuvimos nueve meses sin servicio».
El abogado de los vecinos asegura que han encargado un informe pericial para reclamar a la empresa mantenedora al considerar que fue culpa del fallo del sistema paracaídas el desplome del ascensor y, por tanto, los daños que se produjeron tanto en la caja como en las guías. «Por tanto es la empresa mantenedora la que debe al menos costear esos daños. Vamos a pedir una reunión amistosa con esta firma para intentar llegar a un acuerdo, pero si no lo hay, estudiaremos acudir al Juzgado», asevera.
La afectada reclamó
La que sí ha reclamado de forma individual es la vecina que se encontraba dentro del ascensor con sus dos hijas cuando se desplomó desde cinco alturas. Por suerte, el sistema paracaídas, aunque falló, logró ralentizar la caída. Si bien las menores salieron ilesas, la adulta, de origen chino, se rompió la cadera y estuvo varias semanas sin poder moverse en cama por los fuertes dolores.
Esta vecina reclamó responsabilidad al seguro que ha procedido a abonarle una indemnización. El seguro, sin embargo, se ha lavado las manos, en cuanto a los daños en el ascensor. «Nos dijeron que ellos solo asumen la responsabilidad civil. Que se ha demostrado que los daños en el ascensor fueron provocados por un mal mantenimiento y, por tanto, responsabiliza a la empresa mantenedora», señala el que fuera presidente de la comunidad.
La realidad es que ni seguro, ni Industria, ni instaladora ni mantenedora asumen su responsabilidad lo que ha dejado a los vecinos, además de sin servicio durante nueve meses, con un aumento en sus gastos derivados del coste del nuevo elevador.
En Aldaia, donde también se precintaronsiete ascensores a raíz del accidente de Manises, dentro del protocolo que estableció la conselleria en su momento, también la comunidad de vecinos ha tenido que pagar el cambio de ascensores. Aunque uno de ellos fue el que causó el problema, los propietarios de las viviendas decidieron cambiarlos todos.
En este caso, la comunidad estimó también que no podía esperar a que se resolviera el conflicto entre las empresas por lo que cada propietario de los 110 que existen tuvo que desembolsar un mínimo de 800 euros para cambiar los siste ascensores. Aquí no se sustituyó solo el motor, como en otro caso en Manises, sino la caja y la maquinaria completa.
A pesar de tomar la iniciativa de correr con los gastos, los residentes estuvieron siete meses sin servicio hasta que encontraron a una empresa disponible para cambiarlos, a pesar de que en las viviendas residen familias con bebés, personas con problemas de movilidad y algún anciano. Aunque inicialmente acordaron demandar a la empresa, «como la fabricante de la caja es una y la del motor es otra, que además ha quebrado, hemos analizado que no nos conviene ir al juzgado», indican fuentes de la comunidad.
