Las Fallas de 2018 ya son historia. Anoche, los 22 monumentos que han sido los protagonistas de los últimos días en Mislata ardieron para convertir en cenizas el trabajo de todo un año. La noche de la "cremà" fue de las más frías que se recuerdan y la meteorología condicionó en parte la última cita fallera, ya que algunos ninots tardaron en arder más de lo previsto a causa de las precipitaciones registradas durante la tarde.

Aparte de eso, la noche de la "cremà" transcurrió sin incidentes gracias al trabajo de Bomberos, Policía Local y Protección Civil, que coordinaron el dispositivo habitual para la noche de San José. Los monumentos infantiles ardieron todos a la vez y los grandes lo hicieron de forma escalonada, desde la medianoche y hasta bien entrada la madrugada.

Como cada año, el 20 de marzo no sólo significa el final de la fiesta, también es el inicio de un nuevo ciclo, el que las comisiones empiezan hoy hacia las que serán las Fallas de 2019.