Más de 200 personas asistieron en Aldaia al reconocimiento póstumo al artista Salomón Tárrega, que fue nombrado Hijo Predilecto de la población y recibió un emotivo homenaje. El gran panel que pintó y dedicó al antiguo ayuntamiento y tres grandes obras que son propiedad de la asociación de vecinos del Barrio del Cristo, cedidas para la ocasión, ornamentaban el abarrotado salón de plenos. «Pintar es una manera de reflexionar sobre la vida, es crear realidad. El viaje definitivo de Salomón nos ha enseñado que la vida es finita pero la obra es eterna», dijo la concejala de Cultura, Empar Folgado, impulsora del reconocimiento y conductora del acto. La edila abrió sus palabras con una referencia a Juan Ramón Jiménez y, a continuación, repasó el currículum del que fue un pintor de referencia en la comarca en los años 60 y 70 y acuñó un estilo propio, fruto de las vivencias que tuvo en esa época en el Barrio del Cristo, desde movimientos cristianos de base, cuando este núcleo comenzaba a poblarse de familias humildes y sus rostros quedaron reflejados en sus obras para siempre.

Al homenaje acudieron los exalcaldes de Aldaia Enric Luján, Empar Navarro y Carmen Jávega, así como dos exalcaldes de Alaquàs, Albert Taberner y Adrià Hernández, por la relación que tuvieron con el artista, entre otras personalidades. En el reconocimiento intervino Enric Luján, para recordar la figura de Salomón desde el punto de vista de ciudadano activo, así como la profesora y artista de Alaquàs Carme Mateu, como compañera en l'Escola d'Arts i Oficis durante años. El toque académico lo puso el Catedrático de Estética y Teoría del Arte de la Universitat de València, Román de la Calle. Finalmente, el alcalde Guillermo Luján recordó que Aldaia cuenta con «una gran cantidad de personas artistas que se dedican al arte en todas sus vertientes» y, en gran parte, se debe a la influencia de la Escola d'Arts i Oficis, que ha formado generaciones desde hace 40 años. Además, definió la obra de Salomón como «fuertemente vinculada al pueblo, a la Aldaia de aquella época, a la forma de vida de nuestros antepasados, a los sufrimientos y alegrías de unas generaciones que sentaron las bases del gran pueblo que somos». El mandatario entregó a la esposa de Salomón, Purificación Ribes, la insignia de oro de la población y el acta con el nombramiento.

Entre el público estaban familiares, amigos, discípulos y compañeros de trabajo de Arts i Oficis, el IES de Benetússer y el colegio Calicanto, donde ejerció. Todos los asistentes salieron después a la calle donde disfrutaron de un aperitivo que incluía la tradicional «sopà» de Aldaia, un dulce de crema a base de almendra y azúcar, cuya elaboración supone más de 10 horas y que sólo se realiza para las grandes ocasiones.