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Sentencia

Condenan a tres años a un exedil de Benetússer por pagar facturas con dinero desviado de su empresa

Fernando Ros

La Audiencia de València ha condenado al exconcejal de Fiestas de Benetússer, Fernando Ros, a tres años de cárcel y a pagar más de un millón de euros por un delito continuado de apropiación indebida. También condena al consistorio a abonar 180.000 euros como responsable civil a título lucrativo.

Con la sentencia, contra la que cabe recurso al Supremo, finaliza un caso destapado hace una docena de años. A finales de 2005, la empresa ubicada en Paterna en la que trabajaba Fernando Ros, concejal socialista de Benetússer entre 1995 y 2006, fue alertada por su entidad financiera de que una de las remesas giradas al banco era falsa. A los pocos días salieron más.

La mercantil encargó una auditoría, que concluyó que había cheques entregados por clientes cuya cantidad no había sido ingresada en la empresa, así como talones para abonar a proveedores propios que tampoco alcanzaron su destino. Las pesquisas determinaron que todo ese dinero, por encima del millón de euros, había ido a parar a dos cuentas a nombre del propio Ros y de terceros que nada tenían que ver con la sociedad. La mercantil se querelló contra Ros.

Por otra parte, a principios de 2006, Eva Sanz sucedía en la alcaldía socialista a José Enrique Aguar. La munícipe revisó el estado de las concejalías y apreció que en el departamento de Fiestas los números no cuadraban. Entre sus sospechas y el conocimiento de la investigación abierta por la sociedad, Sanz retiró las competencias a Ros, que dimitió en mayo de ese año. Fue expulsado del PSOE.

Mientras, el curso judicial siguió sus cauces, con retrasos, hasta la vista celebrada hace unos meses en la que testigos y pruebas periciales pusieron de manifiesto el entramado montado por Ros. Según queda acreditado en la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, el entonces concejal manejó a su antojo entre 2002 y 2005 cheques y pagarés de la empresa para la que trabajaba. Así, mediante transferencias inconsentidas, destinó dinero de la mercantil a dos cuentas a su nombre por valor de 594.575 euros y 46.875. El resto fue a parar a firmas que no guardaban relación con la actividad de la firma, y sí en su mayoría con proveedores de la concejalía de Fiestas de Benetússer.

El acusado siempre negó que hubiera desviado fondos de la empresa y que si se destinaron a facturas del consistorio, «fue debido a que la mercantil patrocinaba actividades del ayuntamiento». El exalcalde Aguar desmontó dicha afirmación al defender que «todo patrocinador persigue que el patrocinio salga publicado para hacerse publicidad y éste no lo vio».

Durante el juicio declararon las empresas que prestaron servicios al consistorio y que percibieron pagos de la mercantil. Todas acreditaron haber realizado los encargos: insertar publicidad municipal en medios de comunicación, organización de eventos, espectáculos para menores, actuaciones en presentaciones falleras y cabalgatas o montaje de iluminación para Fallas, Navidad y Moros y Cristianos. Afirmaron que contrataron con Ros como concejal de Fiestas y que cobraron en metálico, cheques o transferencias. Asimismo, una de las periciales detectó que se cargó a la empresa un total de 20.350 euros por consumiciones, comidas y aperitivos en un mesón de la localidad, en su mayoría a nombre de «Ros», «Ros ayuntamiento» o «Ros junta». Nada se ha podido acreditar en concepto de qué o la relación del ayuntamiento.

La acusación particular, personada por la administración concursal desde 2009, reclamaba por las facturas 260.486 euros, aunque el juez considera probado que el Ayuntamiento de Benetússer se vio beneficiado en 180.059 euros, que ahora deberá devolver.

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