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«El movimiento vecinal se ha reducido; el pueblo está adormilado»

Julián Martínez deja la presidencia de la asociación de vecinos del Barri del Quint de Mislata

Julián Martínez, durante una de las movilizaciones vecinales. a. m

Después de trece años como presidente de la asociación de vecinos del Barri del Quint de Mislata, y de once como portavoz de la coordinadora de las AAVV del municipio, Julián Martínez ha decidido apartarse y colgar el megáfono.

¿Porqué ha decidido dejarlo?

Soy de los que piensa de que en cualquier cargo de responsabilidad ciudadana, se debe estar un tiempo y luego apartarse para que entre sabía nueva, y demuestren su capacidad de preocupación por la gente y movilizarlos. Y si la gente nueva no consigue demostrar cómo debe ser el movimiento ciudadano, igual me planteo volver.

¿Con qué se queda de todos estos años?

Con muchas cosas, cosas del día a día. Renovación de líneas de agua potable, alcantarillado, asfaltado de calles... cosas que no se ven pero están ahí. Unas son más importantes que otras, pero todas permiten a los vecinos aumentar su calidad de vida. A nivel del Quint, felicitarnos por haber salvado el Pozo, recuperarlo con cien huertos urbanos públicos y que se ha convertido en una zona de esparcimiento y de trabajo agradable para que la gente cultive hortalizas para consumo propio.

¿Y qué se ha quedado en la lista de tareas pendientes?

Pues hecho en falta como el PSOE y Compromís, tras llevar en sus programas electorales devolver la sanidad al hospital militar, todavía no han hecho nada. Es una asignatura pendiente a un año de las elecciones. Hicimos trece manifestaciones por ello. He dejado el cargo pero en cuanto llegue mayo, convocaré a la gente a volver a protestar. Prometer algo es una cosa y hacerla, otra. La sanidad en Mislata sigue siendo deficiente.

¿Como ve el movimiento vecinal en la actualidad?

Se ha reducido. El pueblo está adormilado. La prueba es que nos están machacando en muchas cosas como sanidad, educación o pensiones y la gente está callada en su casa. En otros años, la gente decía hasta aquí hemos llegado y se echaba a la calle. Ahora, oyes a la gente quejarse en bares o en las plazas, pero cuando les propones ir adelante y moverse, ponen excusas y no hacen nada por resolver esos problemas.

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