El Ayuntamiento de València está utilizando durante los últimos meses un albergue juvenil de su propiedad ubicado en el municipio de Rocafort, para acoger en horario nocturno a personas sin hogar. La iniciativa, solidaria y generosa a todas luces, tiene el inconveniente de que el Casal d'Esplai carece de licencia de actividad y en el consistorio de l'Horta Nord no figura expediente alguno sobre la instalación, tal como asegura el alcalde Víctor Jiménez.
El Casal d'Esplai es un complejo propiedad de València pero ubicado en Rocafort, en la zona residencial de chalés de gran valor. Su historia se remonta a que su propietario lo donó al ayuntamiento de la capital hace décadas. La concejalía de Juventud es la encargada de su gestión. Su finalidad, tal como recoge su reglamento, es servir de marco para cursillos de animación, campamentos, fines de semana infantiles y juveniles o colonias de vacaciones, entre otros. Cuenta con cocina, zona de higiene y habitaciones con literas.
Desde hace una década, el Ayuntamiento de València empleaba estas instalaciones para gente sin hogar en las semanas más crudas de invierno. Incluso notificaba esta circunstancia a la Policía Local de Rocafort. El problema surge hace un par se semanas, cuando una patrulla de agentes se personó en el Casal, al haber tenido que realizar intervenciones por conflictos entre los usuarios. Además, el cuerpo policial ya había detectado «el mal uso» del mobiliario urbano que estaban realizando las personas que acudían al albergue, como lavar la ropa en las fuentes públicas y tenderla en árboles.
La responsable del centro explicó a los agentes que se trata de 47 refugiados que utilizan las instalaciones en horario de 21 horas a 7 (con servicio de cena, alojamiento y desayuno). Así consta en el informe policial sobre el caso. Durante el resto del día no pueden acceder al casal, aunque no hace falta, defendió, ya se trata de temporeros con trabajos en el campo. Los agentes rebatieron esa afirmación al constatar que son bastantes los usuarios a los «que se les ve deambular por la población» y lavar la ropa en las fuentes y demás.
El informe policial llegó a manos del alcalde de Rocafort, que solicitó una reunión urgente con Joan Ribó. Finalmente, el encuentro se produjo este lunes con Neus Fábregas, concejala de Cooperación e Inmigración. Jiménez afeó que no se le hubiera comunicado «el cambio de uso» del Casal d'Esplai.
Pero la patata caliente que el alcalde de Rocafort puso sobre la mesa fue la carencia de licencia de actividad del complejo. «En el consistorio no consta expediente alguno sobre el Casal d'Esplai y tampoco la pertinente licencia de actividad», indicó Jiménez. El alcalde defendió que pese a que se trata de una instalación pública «precisa de una licencia de actividad por estar en otro término municipal». Tampoco la han pedido hasta ahora.
En este sentido, el alcalde trasladó su «oferta para colaborar» en esta nueva utilidad para el complejo, ya sea temporal o no, aunque advirtió de la «necesidad» de que las instalaciones «abran las 24 horas». Jiménez denunció «el abandono» y el «trato degradante» que están sufriendo los usuarios «con el horario actual». El alcalde detalló que durante una de los últimas jornadas de lluvias «había algunas de estas personas debajo de la cornisa de un edificio de Rocafort tratando de refugiarse». Así, el dirigente socialista criticó «la improvisación» con la que València «está llevando este asunto», por lo que reclamó «que se defina un proyecto y su utilidad concreta». Tan solo 24 horas después del encuentro, el centro abrió ayer sus puertas dos horas antes de lo habitual.
