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Picassent clausura el campo de tiro por carecer de licencia municipal

El consistorio da dos meses a la sociedad de cazadores para obtener la autorización que le permita retomar la actividad

El campo de tiro del Realón de Picassent que ahora permanecerá cerrado hasta tener permiso. m. á. montesinos

El Ayuntamiento de Picassent ha clausurado la actividad de tiro al pichón realizada en el campo de tiro en la Partida del Realón del municipio por «no constar la existencia de la preceptiva licencia». El decreto de alcaldía urge a la Societat de Caçadors a obtener la pertinente autorización para poder retomar la actividad. El plazo del que dispone la entidad asciende a dos meses.

El pasado 2 de marzo, el Ayuntamiento de Picassent notificó a la Societat de Caçadors de Picassent que disponía de 15 días para presentar alegaciones en contra del decreto de alcaldía. Una vez transcurrido el periodo, la agrupación de tiro informó al ayuntamiento de que había comenzado «los trabajos necesarios para solicitar la Declaración de Interés Comunitario», el primer paso a dar antes de pedir la licencia ambiental del tiro al pichón.

La resolución de alcaldía que instaba a los cazadores a cerrar el campo por no tener autorizaciones vino motivada por la denuncia que interpuso el club de Colombicultura de Picassent a la Guardia Civil y al ayuntamiento el pasado enero contra los cazadores por «no cumplir los requisitos legales ni urbanísticos» y considerar que el tiro al pichón era un peligro «tanto para animales como para personas» pues, «no había una correcta señalización que indicara que se estaban llevando a cabo actividades de tiro». Asimismo, los colombaires manifestaron que la Societat de Caçadors, llevaba «desde noviembre perjudicando nuestra actividad».

El responsable de los colombaires explicó a principios de año, cuando estalló la polémica a Levante-EMV que la actividad de tiro al pichón afectaba a la programación del Club de Colombicultura. «Sueltan a palomos para dispararles, estos se escapan y se cuelan en nuestras instalaciones y al creer los animales que son hembras, les siguen y los perdemos». Por otra parte, el portavoz de los colombaires se quejaba, también, de que los palomos que utilizaban los cazadores en su actividad, «eran un foco de infecciones», no como sus animales que «están todos vacunados». Ahora, tres meses después, el ayuntamiento «ha dictado sentencia» y la Societat de Caçadors deberá parar su actividad de tiro al pichón hasta que obtenga las licencias medioambientales necesarias para ello.

Compensación económica

Sin embargo, el Club de Colombicultura no parará hasta que «nos compensen las molestias». Así lo expresó ayer a este diario el responsable de la agrupación que afirmó que «les pediremos una indemnización de cerca de 100.000 euros». Desde que ellos lo denunciaron el pasado enero, cuenta el responsable, «han seguido tirando todos los fines de semana, todos los días festivos». «Quedamos a principios de año con que se iba a hacer una reunión en enero pero ese encuentro nunca ha llegado», lamenta.

Desde entonces, el responsable no ha vuelto a ponerse en contacto con la Federación de Caza de la Comunitat. «Parece que el acuerdo al que querían llegar se ha traducido en seguir con el tiro al pichón todos los fines de semana», dice. En este sentido, el presidente del club de colombaires apuntó, molesto que «vamos a seguir hasta el final, los llevaremos a los jugados y pediremos responsabilidades».

Por otra parte, el representante anunció en enero, tal como ya publicó este periódico que estaba preparando un estudio urbanístico para demostrar que «el espacio de tiro no cumple los requisitos urbanísticos legales y que el tiro que se practica no está regularizado». Ayer, el mismo responsable afirmó que está «acabando el estudio urbanístico para detallar la parte legal de protección animal». Por su parte, el presidente del Club de Colombicultura de Picassent lamenta que la programación de tiro que lleva desarrollándose desde noviembre «se ha multiplicado por 400%» y no permite la convivencia de ambas agrupaciones. «Nosotros solo queremos que todos podamos realizar nuestra actividad con tranquilidad, pero así es imposible. Hemos tenido incluso que atrasar campeonatos», explica. Y continúa: «No podemos soltar palomos, se nos pierden, se nos han perdido más de 100 palomos desde noviembre. Los nuestros se unen a ellos y desaparecen, van por las masías y como están acostumbrados a los cuidados, se pierden y al final mueren».

Ahora, tras la resolución municipal, el presidente de los colombaires lamenta que «a pesar de ser los perjudicados y las víctimas en todo esto, somos los malos a ojos de la gente».

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