"Mal va el guiat per via cega" era el motivo cantado y convertido en música que ayer inundó el Castell d´Alaquàs, justo un día después de arrancar las celebraciones por el centenario de su reconocimiento como monumento nacional. La Unió Musical estrenó "La Fulla de Malva", una obra sinfónica compuesta por Salvador González, ideada por Lute Fernández y basada en la novela "La Hoja de Malva" de Adrià Hernández.

Aunque los cerca de 350 asistentes esperaban asistir a un concierto convencional, realmente se encontraron con un auténtico viaje a través de la historia, con vestuario de la época renacentista y personajes que existieron en la realidad, como la primera señora de Alaquàs, Úrsula de Aguilar, y el obrador musulmán Alí Porrota. La Unió Musical había guardado el secreto hasta el último minuto.

El espectáculo se inició con una fanfarria desde la galería del primer piso del monumento a la que siguió la entrada en escena de Úrsula de Aguilar (interpretada por la periodista de Levante-EMV Laura Sena), quien reivindicó el papel de las mujeres en la historia de la población y criticó que sus descendientes hubieran expulsado a los moriscos. Úrsula de Aguilar fue la primera señora de Alaquàs, compró el señorío a los Vilaragut y lo reimpulsó. Tras su matrimonio con su segundo espoco, Berenguer Martí de Torres, se fusionaron ambos linajes, dando lugar a la casa Torres de Aguilar, que tuvo gran influencia en el Reino de València y cuyo descendiente, Jacmot García de Aguilar, construyó el palacio.

Úrsula de Aguilar invitó a los presentes a realizar un viaje en el tiempo de la mano del obrador musulmán Alí Porrota, interpretado por Adrià Hernández, autor de la novela, quien explicó que la obra se componía de tres movimientos: La muerte, el hombre del Renacimiento y la Venganza, como su propia obra.

La sorpresa fue que no solo estos dos personajes utilizaban indumentaria de la época, sino que todos los compontes de la banda sinfónica entraron en escena vestidos de damas y caballeros, frailes, musulmanes y otros personajes. Y dirigidos por Enric Parreño, que vestía de predicador, cien músicos tocaron las primeras notas de una potente composición inspirada en el Renacimiento, que incluía además arpa, piano, guitarra y dolçaina. En el segundo tiempo, la obra integraba una pavana y una gallarda, que bailaron también otros dos personajes de época (Mónica Nemesio y Ainoa Marí).

Entre asesinatos, venganzas, hazañas, la construcción del propio Castell o la expulsión de los moriscos transcurrió la obra que, como la novela, realiza un recorrido desde el siglo XV al XVII. La coordinación escénica fue de Eva Alabau, mientras que el vestuario provenía de los fondos de la Conselleria de Cultura, además de unas 40 chilavas prestadas por la asociación de Moros i Cristians Perolers. El apoteósico final puso en pie al público, que ovacionó una y otra vez a músicos y actores. Tras el concierto, la Unió Musical entregó una copia oficial de la partitura a la alcaldesa, Elvira García, para que sea depositada en la cápsula del tiempo, que se instaló el sábado en el Castell y que se cerrará en febrero de 2019 para abrirse dentro de 50 años.

Segunda representación

Para acceder al estreno, el Ayuntamiento de Alaquàs estableció un sistema de reparto de invotaciones gratuitas que perseguía ordenar la asistencia, debido al aforo reducido del Castell. Pero las invitaciones se acabaron el jueves anterior al estreno en apenas 30 minutos y muchos vecinos se quedaron sin poder entrar. Dada la demanda que llegó a la Unió Musical, su presidente Lute Fernández, ha pedido al consistorio que haya un segundo pase dentro de unas semanas.