Con motivo de la celebración del centenario de la protección del Castell de Alaquàs como monumento nacional, Levante-EMV organizó ayer una doble actividad en el edificio. Unos días después de haber publicado un suplemento de 12 páginas con testimonios y aportaciones de las personas que son las principales expertas, por haber intervenido en la restauración del monumento o por haberlo estudiado, este diario invitó ayer a entidades comarcales, investigadores y ediles de los municipios de l'Horta a visitar el palacio renacentista.

Y lo hizo de la mano del colectivo local Quaderns d'Investigació d'Alaquàs, cuyo representante, Adrià Hernández, fue el encargado de guiar la visita por las principales estancias. Hernández asumió, para ello, el papel de Alí Porrota, un obrador musulmán que existió en Alaquàs en el siglo XVI, como él mismo ha documentado en sus investigaciones, y que es uno de los personajes de la primera novela que escribió sobre el Castell, «La Hoja de Malva».

El grupo que realizó la visita estaba formado por ediles de diversas poblaciones, representantes del movimiento vecinal, comercial, empresarial y festivo, artistas, así como particulares que se sumaron a esta visita. El itinerario arrancó en el recibidor del palacio, donde se destacó el imponente arco escarzano y, a continuación, el bello patio que refleja la transición del Gótico al primer Renacimiento. También Adrià Hernández resaltó la técnica de tapial valenciano con la que fue construido el Castell.

En la planta noble, los y las visitantes admiraron la rica azulejería cerámica y los artesonados que cubren los techos, un conjunto que, según los expertos, forma un «unicum» en España. En la galería pudieron ver los grafitis restaurados hace unos meses, con fondos de la Diputació de València, de los siglos XVI y XVII.

El grupo conoció que en las antiguas andanas del Castell se instaló tras su restauración en 2007 la escuela de adultos. Y también visitó estancias y espacios habitualmente inaccesibles como las torres.

El Castell de Alaquàs se construyó en los primeros años del siglo XVI y fue declarado monumento nacional el 21 de abril de 1918. El 13 de junio de 2002 se inició su expropiación por el Ayuntamiento de Alaquàs, que culminaría con su reapertura el 28 de febrero de 2003, ya como centro socio-cultural. Entre 2005 y 2007 se llevó a cabo su restauración con fondos municipales y ayudas de diferentes convocatorias del Gobierno central.