A la una de la tarde del martes, un camión del Ayuntamiento de Burjassot salía de la barriada de las 613 Viviendas con 56 gallos de pelea, seis gallinas, cuatro pollos y un palomo deportivo intervenidos en un operativo policial contra las mafias que se dedican a las apuestas con gallos de combate. Sólo cuatro horas más tarde, la protectora de animales que acogió las aves llamó al Ayuntamiento de Burjassot para denunciar que «alguien» había entrado en el recinto y se había llevado una decena de esos mismos gallos de pelea. A partir de ahí, se ha reforzado la vigilancia del recinto, pero los primeros gallos ya habían sido robados

Agentes de la Policía Judicial de la comisaría de Burjassot ya han abierto una investigación para determinar si, como parece, los ladrones forman parte del entorno de los dueños de las aves requisadas y que, desde hace meses, venían siendo utilizadas en peleas ilegales en los parques que rodean la plaza de El Palleter, en varios de cuyos bajos estaban encerrados los gallos.

Un dispositivo de más de 60 policías nacionales, locales y autonómicos puso en marcha un dispositivo a las 9.20 horas de la mañana del martes, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV en su edición digital, que permitió intervenir los animales, almacenados en galleras y jaulas, algunas de ellas improvisadas hasta con ruedas de bicicleta. Los machos tenían señales evidentes de su utilización en peleas ilegales, ya que se les había sustituido el espolón por otro artificial y más letal. Algunos mostraban aún señales de combates recientes y cicatrices de otros más antiguos.

Tal como informó ayer este diario, los agentes accedieron a los bajos con arietes para tumbar las puertas. Inicialmente, se esperaba un número inferior de aves, por lo que los agentes tuvieron que improvisar y proveerse de cajas de cartón en establecimientos próximos. Luego, extrajeron los gallos y gallinas de sus jaulas y los trasladaron al camión que debía llevarlos a la protectora, cuya ubicación no fue revelada -Levante-EMV optó por no publicar siquiera el nombre del municipio- para evitar, precisamente, lo que acabó sucediendo: que los robaran y trasladaron a un lugar distinto.

Un palomo deportivo robado

Además de los gallos y gallinas, los agentes recuperaron un palomo sustraído, cuyo propietario aún no ha establecido su valor -se trata de aves muy caras- y que, al parecer, podía estar siendo destinado como reclamo de otros palomos deportivos, para desviarlos y robarlos.