Heineken España y la conselleria de Agricultura y Medio Ambiente han inciado hoy en el Barranco del Poyo, las actuaciones del ‘Proyecto Cañaveral’, dentro del convenio marco de colaboración que firmaron ambas entidades el pasado mes de septiembre. Los trabajos comienzan con el control de las cañas que en los últimos años han proliferado en este paraje mediante la extracción y otros métodos. Esta vegetación es considerada uno de los 100 organismos más invasores del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y afecta directamente a la riqueza hídrica del suelo, ya que un metro cuadrado de cañas consume diez veces más agua que uno de cualquier otra especie de ribera.

Paralelamente a esta eliminación de la caña, se va trabajar en la restauración ecológica de la zona con especies de ribera y en su protección para mitigar la presión ganadera.

Esta acción de compañía cervecera responde a su compromiso para proteger las fuentes de agua y alcanzar un balance hídrico neutro, por el que ya ha puesto en marcha iniciativas en otras comunidades autónomas como Andalucía, llevada a cabo en el parque natural de Doñana.

Con el ‘Plan Cañaveral’ se espera restituir al medio ambiente una cantidad de agua cercana a los 348 millones de litros de agua, equivalente a 1,5 veces la producción de cerveza en la fábrica que Heineken España tiene en Quart de Poblet, donde se elaboran las cervezas Heineken®, Amstel, Amstel Radler y Cruzcampo, entre otras.

Mauricio Domínguez-Adame, director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken España, ha sido el encargado de presentar el arranque de este proyecto “pionero en el sector, que forma parte de nuestra apuesta estratégica por la sostenibilidad y que se desarrolla en una región tan especial para Heineken España como es la Comunitat Valenciana, donde tenemos una de nuestras cuatro fábricas”.

Por su parte, Josep Manuel Bernal, Subsecretario de la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, ha resaltado la importancia de los trabajos que va a realizar Heineken España en una “zona sensible que, además, incide directamente sobre un espacio tan singular y ecológicamente valioso como el parque natural de l’Albufera”.

El objetivo es la restauración fluvial de esta cuenca a su paso por el término municipal de Quart de Poblet, facilitando el aumento del caudal de agua de uno de los principales afluentes de L’Albufera de València. “Este plan medioambiental trata de mejorar la funcionalidad ecológica del Barranco del Poyo, queremos crear el ambiente y las condiciones propicias para favorecer su biodiversidad porque esto contribuye directamente en la recuperación de sus suelos, algo imprescindible para que retengan y canalicen correctamente el agua”, ha explicado el director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken España.

La siguiente fase de trabajos, una vez estabilizados los márgenes del barranco del Poyo, será fomentar su uso público. Van a implementarse actuaciones que lo revaloricen y favorezcan su visita, procediendo a su señalización y a la instalación de paneles interpretativos, además de conectarlo con áreas de uso público ya existentes.

“El cauce pasará de estar oculto por los cañaverales a ser visibles de nuevo, lo que supondrá una notable mejora paisajística. Creemos se potenciarán las posibilidades de uso de este ecosistema, así como su capacidad de atraer turismo respetuoso con el medioambiente”, ha señalado el Subsecretario de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural.

Estrategia ‘Brindando un Mundo Mejor’.

El agua es un elemento esencial para la vida y un reto crítico en la Península Ibérica, especialmente en la cuenca mediterránea, sometida a un fuerte estrés hídrico. Pero, además, este recurso es imprescindible para la compañía, pues la utiliza a lo largo de toda la cadena de valor del producto y supone el 95% del contenido de las cervezas que elabora.

La concienciación de Heineken España para minimizar su huella hídrica se traduce en varias líneas claras de acción. Por una parte, está reduciendo al máximo su consumo de agua en sus fábricas. Y, por otro, está emprendiendo una serie de actuaciones en las zonas donde se ubican sus plantas de producción, como es el caso de Quart de Poblet. Mediante proyectos medioambientales se propicia el retorno a la cuenca de donde fue obtenida del agua que contiene la propia cerveza o la que se evapora en el propio proceso de fabricación.