"Hoy en día hay muchos tejidos que por diversos motivos se dejaron de realizar hace muchos años. Nosotros lo que hacemos es reproducir el diseño original y estamparlo sobre seda." Arturo Torremocha desprende vitalidad al explicar su pasión por la indumentaria tradicional y los diseños de sus telas. Ése es precisamente el motivo por el que nació l'Atelier de la Seda, una empresa que a pesar de su juventud ya ha sido reconocida por el Ayuntamiento de Valencia con el segundo premio en las distinciones Valencia Emprende.

El idilio profesional de Arturo con la indumentaria se inició en 1994, en Requena, pero el proyecto no prosperó y pasó trece años dedicado a otro negocio completamente diferente. Sin embargo, finalmente, hace tres años, llegó el momento oportuno para volver al mundo de las seda. "En 2008 me surgió la posibilidad de reproducir una seda pintada para la fallera mayor de Valencia para la "dansà". Y a partir de ahí comencé con l'Atelier", asegura.

Para que un diseño antiguo acabe estampado en una nueva tela, el empresario realiza un trabajo que pasa por diferentes fases. Con las telas pintadas, en primer lugar, ha de encontrar esos diseños, lo que suele hacer, según afirma, en prendas antiguas que él mismo posee, en otras colecciones privadas o en museos. A partir de ahí pasa a pintar el raport, o sea, el motivo decorativo que se repite en vertical y horizontal, a mano y, por último, se estampa en tafetán de seda.

Arturo reivindica la pintura de las sedas como una tradición valenciana . Y lo hace de forma literal, ya que cuando encuentra algo de tiempo escarba en los archivos históricos de la ciudad para encontrar pruebas. "Con lo poco que se ha investigado ya se han encontrado dos del siglo XVIII. Una es que en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia, había una asignatura para el diseño de flores y ornatos. Además, hay constancia del taller de un francés, que acabó quemado durante la Guerra de Independencia,que se dedicaba a pintar telas".

Pero el empresario no se limita a reproducir lo que ya existía sino que también estampa diseños antiguos en prendas diferentes que no poseían esos dibujos en el original. Además reproduce otros vestidos de época, como pueden ser las basquiñas, para que lo luzcan en la actualidad las falleras.