Lo más moderno es tener una puerta sin marco. Y también es una opción muy barata. Esas son las tesis sobre las que se alza Sensem —acrónimo de «sense marc»—, una empresa de Benifairó de la Valldigna, en la Safor, con más de ochenta años de experiencia que, según cuenta Pascual Brines, portavoz de Sensem, capea la crisis gracias a un novedoso sistema de puertas que no necesitan marco.

«El sistema sustituye el actual marco de madera tradicional», indica Brines. «Se reduce de forma considerable la costosa faena de colocar una puerta dentro de una vivienda y, al mismo tiempo, se da un aspecto liviano, actual y moderno al lugar», explica. Brines comenta que, hoy en día, con el sistema tradicional, «cuando buscas una puerta tienes que tener en cuenta que comprarla buena no siempre es la mejor opción porque no se aprovecha si el que la instala no lo hace de forma correcta y adecuada». «Nuestro montador —relata Brines— tarda mucho en instalar una puerta con el sistema tradicional: es una faena difícil, delicada y costosa».

Con el sistema que propone esta empresa, que se ha dedicado durante buena parte de su historia a diseño de interiores, una vez el obrero ha hecho el anclaje del maco y ha perfilado los acabados laterales, lo siguiente es montar la hoja. «Y ya está», dice Brines. «No hay que forrar ningún ´pre-marco´ de madera, no hay que ajustar la hija, no hay que cepillar, no hay que pegar ´tapajuntas´...», indica el portavoz de Sensem.

Desde la empresa aseguran que su método permite ahorrar tiempo. «También te da pie a que te gastes dinero con la hoja, porque de todo lo que llamamos puerta, la hoja es la que menos vale y la que más se ve, mientras que las demás piezas existen para que la hoja pueda funcionar», indica Brines.

Este tipo de puertas dan a las casas donde se instalan un aspecto joven y fresco, como dice Sensem en su propia página web. El sistema es sencillo. Es un marco de aluminio adaptable a cualquier dimensión. «Lo servimos completamente montado, con la imprimación aplicada para poderlo pintar, y además hacemos seguimiento de su colocación para que se haga de forma correcta», explica Brines. Las puertas instaladas así en muchas ocasiones pasan desapercibidas, como las puertas a los pasadizos secretos de los castillos medievales.

Detrás de este sistema subyace la necesidad de ganarse las lentejas de una empresa como Sensem. «Hemos desarrollado este sistema para dar una opción más, dentro del maltrecho sector de la construcción al que pertenecemos, para que podamos conseguir esa continuidad en nuestras labores que estamos buscando desde que esta crisis comenzó a ´tocarnos el bolsillo y el alma´», indica el portavoz de Sensem, que vio en este nuevo tipo de puertas una salida a la crisis mediante la búsqueda de un hueco de mercado. «Cada vez hay menos tiempo y la gente cada vez quiere gastarse menos dinero en estas actividades», dice.