Cada vez que Juan Manuel Dolz, de 28 años, y Jaime Guillot, de 27, comentaban con sus amigos lo caro que era buscar casa en Valencia, crecía en sus mentes una idea. Esta pasada semana esa idea se convirtió en una realidad y lanzaron Flatty, una aplicación para Android e iOs que funciona a modo de inmobiliaria y une a propietarios de casas con inquilinos. «Funciona a modo de fuente», explica Guillot. En una semana, la aplicación para teléfonos inteligentes ya tiene más de cien pisos registrados y ya se han interesado por algunos inmuebles una treintena de personas, en su mayoría jóvenes o extranjeros.

«Flatty parte de una necesidad. Nosotros íbamos a buscar una vivienda y veíamos muchas barreras, sobre todo, unas comisiones altísimas», explica Dolz. Se refiere a los meses de fianza que piden las inmobiliarias. «Algunas -explica- llegan a utilizar pisos señuelo para atraerte y otras tienen muy poca transparencia». Con la idea en mente de reducir esas barreras a la hora de ir a buscar casa, decidieron montar Flatty. «La principal intención que teníamos es que fuera muy intuitiva y le dimos mucha importancia a las imágenes, porque en ocasiones están muy poco cuidadas, y así los pisos tienen mejor aspecto», comenta Dolz. Además, pusieron mucha atención en la accesibilidad del programa, de tal manera que «estés donde estés puedes ver la casa por dentro gracias a vídeos que grabamos nosotros mismos».

El resultado es una aplicación que mediante la geolocalización del usuario muestra los pisos disponibles más cercanos. También se pueden buscar viviendas por barrios. Los desarrolladores de Flatty, que forman parte de un equipo de 12 personas, son licenciados en Administración y Dirección de Empresas y llevan con este proyecto más de tres meses. «Nosotros venimos del mundo tecnológico, pero tenemos un socio que se encarga de eso», explica Guillot.

En esta semana que lleva Flatty en marcha, la aceptación, según los dos creadores del proyecto, ha sido «muy buena». «Ya tenemos más de 500 descargas», indica Dolz, para quien lo importante es «diferenciarse» de otras aplicaciones o conocidas páginas de internet de búsqueda de pisos. «Los usuarios nos dicen que cuando buscan en otros sitios, ven que tienen muy mala usabilidad», relata Guillot.

El sistema que utiliza Flatty es el siguiente: donde algunas inmobiliarias llegan a pedir tres meses por adelantado, uno para fianza, otro para el propietario y otro para el dueño, en Flatty exigen medio mes para el dueño de la casa y el 25 % para ellos. Ello ha llevado hasta Flatty a un tipo de usuario ya muy marcado, pese al poco tiempo de vida de la aplicación. «Hay mucha gente joven y muchos universitarios», explica Dolz. Los pisos que se pueden encontrar en Flatty tienen un precio medio de 600 euros. «El mercado está recuperándose pero muy lentamente», analizan los creadores de la aplicación, que hacen hincapié en el «miedo» que hay sobre todo entre los más jóvenes a comprarse un piso con una hipoteca a cuarenta años. Quizá por el perfil de los usuarios, los barrios más demandados son Russafa, que está quizá más de moda que nunca, el Carmen y la zona universitaria, Algirós y Ciutat Jardí, aunque el mercado de ese punto, relata Dolz, está parado hasta que comience el nuevo curso universitario.

¿Qué hay en el futuro de Flatty? La incorporación de ventas de domicilios. «Tenemos ya a mucha gente interesada en ese aspecto», comenta Guillot. Además, quieren poner en marcha la página web para poder acceder al mercado de pisos a través de esta plataforma y quieren abrir Flatty a las tabletas.