La empresa valenciana Pixels XL, dedicada a la innovación social tanto en el sector educativo como en el del cuidado de personas mayores, ha emprendido una cruzada contra el gigante tecnológico Google. La firma, que forma parte del proyecto de emprendimiento Las Naves avalado por el Ayuntamiento de València, fue fundada por María Roig, directora del estudio de diseño Cdroig, en 2010.

Desde entonces, se ha dedicado a desarrollar y producir un revestimiento movible magnético que se utiliza en la mejora del aprendizaje y la capacidad cognitiva tanto en niños como en ancianos con algún tipo de demencia o alzhéimer. Su trabajo ha cosechado un buen número de reconocimientos y premios a nivel nacional e internacional.

En 2011, Roig registró la marca Pixels XL tanto en España como a nivel europeo. Sin embargo, la todopoderosa Google lanzó su nuevo teléfono móvil bajo la marca Pixel XL. Y ahí llegó el conflicto. Desde ese momento, según alega la empresa valenciana, Google "ha aprovechado su situación dominante para perpetrar un abuso de poder deliberado e innecesario. Deliberado porque dada nuestra proyección, nuestro nombre estaba años en la red. Innecesario, porque la multinacional no precisa perjudicar a las pequeñas empresas para crecer. Esta práctica contradice su lema "haz lo correcto".

A partir de aquí, los perjuicios que ha sufrido la startup son notables. "Antes ocupábamos un lugar destacado en los buscadores. Ahora hemos desaparecido, arrinconados por la marca de Google. Además ha provocado confusión en nuestros clientes potenciales, pues ahora asocian la marca con la telefonía móvil, obligando a un esfuerzo de comunicación mucho mayor. Ha sufrido nuestra reputación de marca: muchos dan por supuesto que los que hemos copiado somos nosotros", lamentan.

Por esta razón, en enero de 2017 Pixels XL empezó su batalla legal contra la solicitud de marca europea de la multinacional con sede en Mountain View, California, por considerar que de conformidad con el artículo 8-1-b del Reglamento sobre la Marca de la Unión Europea, "existe riesgo de confusión y asociación con los registros previos debido a la identidad parcial de las denominaciones, así como la similitud de los productos para su uso".

Actualmente, Pixels XL, ha presentado sus alegaciones y se encuentra a la espera de contestación por parte de los representantes legales de Google. Será la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea de Marcas quien decida si ambas marcas son compatibles en el registro, o si por el contrario la solicitud de marca presentada por Google Inc. debe ser denegada.

La eo La empresa valenciana puntualiza que no desea adoptar el papel de víctimas. "Al contrario, que una multinacional nos copie es un reconocimiento a nuestra capacidad creativa. Debemos aclarar que esto no es un litigio entre dos empresas privadas, sino una cuestión de respeto a los proyectos pequeños pero creativos", subrayan.