Efe/E.P., Johannesburgo/Londres

Cientos de extranjeros que residen en Sudáfrica se han visto obligados a refugiarse en comisarías de policía ante la violencia desatada contra ellos durante la semana pasada, y que se ha saldado con la muerte de al menos 10 personas, muchas de ellas quemadas vivas.

La campaña de linchamiento y persecución a los extranjeros se ha centrado sobre en el barrio de Alexanda, situado en la capital, Johannesburgo, donde residen personas procedentes de países como Zimbabue, Mozambique y Malawi. Grupos de personas armadas con armas blancas y gasolina han ido haciendo incursiones en el barrio al grito de "los inmigrantes, fuera a patadas", según la cadena británica BBC.

Los protagonistas de estos ataques xenófobos proceden de áreas pobres y acusan a la población inmigrante de estar detrás del crimen y de arrebatarles los puestos de trabajo.

Cinco personas han sido asesinadas en este barrio, declaró la portavoz de la policía Cheryl Engelbrecht, además, otras 50 personas tuvieron que ser trasladadas a distintos hospitales con heridas de bala y de arma blanca.

Como consecuencia de los altercados, unos 300 inmigrantes "han buscado refugio en la comisaria de policía de Cleveland y estamos recibiendo a más", explicó.

La violencia se ha extendido a otras tres áreas, lo que ha provocado la condena de líderes civiles como Nelson Mandela, que ha llamado a evitar "una división destructiva en el país".

La Policía se ha visto obligada a intervenir con contundencia, para evitar no solo la quema de las viviendas donde viven los extranejeros, sino también para evitar su asesinato, realizado con armas blancas o prendiéndoles fuego.

Sudáfrica es uno de los países africanos que más asilos políticos concede a personas procedentes de otros países.