Una niña de 16 años fue enterrada viva por sus familiares que desaprobaban sus posibles relaciones sentimentales con otros chicos del pueblo de Kahta, en la provincia sudoriental de Adiyaman, informó ayer la prensa turca. Aunque los hechos no han sido conocidos hasta esta semana, el cuerpo de la niña fue encontrado ayer, tras haber sido dada por desaparecida durante 40 días. Los forenses dictaminaron que había sido enterrada viva y consciente ya que durante la autopsia no se descubrieron signos de violencia o envenenamiento, sino una gran cantidad de tierra en su estómago y pulmones.Había sido maniatada y enterrada dos metros bajo tierra en un corral de gallinas.

Un arrepentido

El cuerpo pudo ser hallado gracias a las pistas de una persona anónima, posiblemente un miembro arrepentido de la familia o un vecino del pueblo.

El padre y el abuelo de la víctima fueron enviados a prisión preventiva, y se encuentran a la espera de juicio, ambos acusados de asesinato. Según la prensa turca, el padre había dicho en diversas ocasiones que la familia se sentía "infeliz" porque la niña tuviese amigos masculinos, lo que indica que se trataría de un nuevo caso de crimen de honor.

Estos crímenes, que se concentran en las zonas más retrasadas de Turquía y en los barrios más pobres de las grandes ciudades, se producen cuando el consejo familiar decide que un miembro del clan ha violado las normas tradicionales del "honor".

Habitualmente en estos casos se incita a los menores de la familia a cometer el asesinato ya que las penas de prisión son en este caso menores.

El Gobierno turco del primer ministro Reyep Tayyip Erdogan, un musulmán moderado, reformó en 2004 el código penal para eliminar una disposición que consideraba el "honor" como un atenuante en la violencia doméstica y, gracias a la presión de las organizaciones de defensa de los derechos de la mujer, se han incrementado las penas en estos casos.

Sin embargo, según los cálculos de diversas ONG aún se producen en torno a 300 crímenes de honor al año en Turquía.