El suelo chileno tembló y Alicia Piquer, de Rafelbunyol, saltó de la cama del hotel y salió corriendo del edificio. Lo mismo hicieron los artistas valencianos María Simón y Raúl Belinchón. Eran las tres y media de la madrugada y los tres dormían en un hotel de Valparaíso, ciudad enclavada en la zona declarada catastrófica. Ninguno de ellos sufrió daño alguno, pero desde aquella sacudida terrestre (que en su zona equivalió a una magnitud de entre 5 y 6 en la escala Richter) los días siguientes han alterado la normalidad de estos valencianos.

Los tres forman parte del proyecto artístico "Välparaíso: INterVENCIONES", una propuesta cultural que iba a discurrir paralela al V Congreso Internacional de la Lengua Española. Alicia Piquer, de 42 años, es la directora de comunicación de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX), organizadora del proyecto. Raúl Belinchón es fotógrafo y María Simón tiene una performance para la macroexposición que, a diferencia del congreso lingüístico, sí que se abrirá al público el 8 de marzo para "contribuir a retomar la normalidad en el país", explican.

Después de una noche en vela por el temor a las réplicas, Alicia Piquer cuenta que se pasaron todo el día siguiente encerrados en el hotel "por precaución".

Una estudiante de Benicarló

Angustia, incertidumbre y muchos nervios, los que pasaron Jordi Igual y Marián Alsina, los padres de Patricia Igual una joven de Benicarló que se había desplazado a la ciudad de Talca para realizar su proyecto de final de carrera. Patricia pensaba así concluir sus estudios de Ingeniería de la Edificación que había cursado en Barcelona. Hasta Chile se desplazó junto a otras cuatro compañeras de estudios, pero dos de ellas siguen desaparecidas a día de hoy. Patricia, que dormía cuendo se produjo el seísmo, está en perfecto estado, según sus padres.

Peor suerte corrió el catalán Miguel Marín, de 29 años y vecino de Alella (Barcelona), que se encuentra entre las víctimas mortales del seísmo, informaron ayer familiares del fallecido, que señalaron que murió al golpearse la cabeza con una roca en la isla de Juan Fernández, al sorprenderle uno de los tsunamis provocados por el terremoto. Miguel Marín formaba parte de un grupo de siete turistas -cuatro catalanes, dos madrileños y un chileno- que llegaron el pasado miércoles a la isla de Robinson Crusoe atraídos por su naturaleza. La familia asegura que recibió la información del fallecimiento a través de un familiar que viajaba con el joven, con el que contactaron a través de internet.