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La canciller alemana, Angela Merkel, inició ayer la complicada búsqueda de un nuevo presidente para Alemania tras la dimisión el lunes de Horst Köhler, cargo para el que la Asamblea Federal deberá elegir un sucesor el próximo 30 de junio. La inoportuna e inesperada dimisión de Köhler supone un duro revés para Merkel, que bastante tiene con afrontar la crisis del euro, negociar con sus socios los complicados presupuestos de 2011 y asumir los peores resultados en los sondeos desde antes de su llegada al poder.

Por segunda vez en una semana Merkel perdió a un hombre relevante, tras la renuncia por sorpresa a todos sus cargos del jefe del gobierno de Hesse, Roland Koch, quien dejó huérfana al ala conservadora de la CDU.

La sucesión de Merkel

Los analistas coinciden en que la dimisión de Köhler no podía haber llegado en peor momento y en la imperiosa necesidad de Merkel de resolver su sucesión lo antes posible para concentrarse en los otros problemas de envergadura que agobian a su coalición de Gobierno. La canciller anunció el lunes que buscará un candidato de consenso con la oposición, algo que el SPD acepta. Norbert Lammert, presidente del Bundestag (Parlamento) es uno de los favoritos en las quinielas para suceder Köhler,junto a los ministros de Finanzas y Trabajo, los cristianodemócratas Wolfgang Schäuble y Ursula von der Leyen, así como el ex jefe del Tesoro, el socialdemócrata Peer Steinbrück.