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El presidente de EE UU, Barack Obama ha ordenado, a lo largo de los últimos meses, la ampliación de las competencias de las Fuerzas de Operaciones Especiales en zonas de conflicto, una decisión que ha sido recibida con tibieza en el Ejército estadounidense porque a su entender desestabiliza su estructura habitual de mando y que, según apuntó el diario The Washington Post, contrasta con el "suave discurso diplomático" del inquilino de la Casa Blanca, y prolonga la antigua Doctrina Bush que regulaba la intervención en el extranjero.

En comparación con el año pasado, los grupos de Operaciones Especiales (SOF) operan en quince nuevos países, entre ellos Yemen, con vistas a incrementar su presencia en Somalia y en el norte de Afganistán. En términos generales, Obama ha solicitado un incremento del 5,7% del presupuesto para 2011 hasta los 6.300 millones de dólares, a los que hay que añadir otros 3.500 millones en forma de "fondos de contingencia".

"Obama está permitiendo cosas que la administración previa no contemplaba", apuntó al rotativo un alto mando que prefirió permanecer bajo el anonimato.