El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este miércoles una nueva ronda -la cuarta y la más dura- de sanciones contra Irán por su negativa a detener el enriquecimiento de uranio y abrir por completo su programa nuclear a la supervisión internacional.

La resolución, auspiciada por Estados Unidos, contó con el apoyo de 12 de los 15 miembros del máximo órgano, incluidos los cinco permanentes, mientras que Brasil y Turquía votaron en contra y el Líbano se abstuvo. Brasilia y Ankara consideran que las nuevas sanciones son contraproducentes y que se debe dar más tiempo a la diplomacia.

Detrás de su decisión se encuentra el reciente acuerdo alcanzado por ambos países con el régimen iraní para intercambiar combustible nuclear y que tanto Brasil como Turquía esperan que sirva para atemperar las intenciones de la república islámica en materia de energía atómica. Ese acuerdo compromete a Irán a entregar a los turcos 1,2 toneladas de uranio enriquecido al 3,5%, para recuperar un año después 120 kilos del material purificado en un 20% para un reactor de uso médico.

Por otro lado, otros miembros del Consejo de Seguridad consideraron que se le han dado amplias oportunidades al régimen iraní para disipar las dudas de la comunidad internacional, y les parece que el acuerdo con Turquía y Brasil es insuficiente. La embajadora de EEUU ante la ONU, Susan Rice, señaló que "Irán ha tenido numerosas oportunidades de verificar que su programa nuclear tenía una finalidad pacífica", pero no lo ha hecho, al tiempo que subrayó la "grave amenaza" que plante el programa nuclear iraní.

El contenido de esta resolución es el producto de largos meses de negociaciones entre los cinco miembros permanentes del Consejo (EEUU, China, Rusia, Reino Unido y Francia), más Alemania, en las que se suavizaron algunas medidas propuestas inicialmente por Washington y sus aliados occidentales.

En la práctica, la resolución adoptada hoy establece nuevas restricciones a las operaciones de los bancos iraníes en el exterior si se sospecha que tienen vínculos con los programas nucleares o balísticos de Teherán, al tiempo que incrementa el escrutinio de las transacciones en el exterior de todas las entidades financieras del país. Además, en los anexos de la resolución se precisa el nombre de 40 entidades y empresas iraníes a las que se les congelarán sus activos en el exterior, mientras que se incluye el nombre del responsable de la central nuclear de Isfahan, Javad Rahiqi, al que se le prohíbe viajar al exterior.