El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, arremetió ayer contra la "estructura institucional" de su país que, según dijo, convierte en un "infierno" gobernar y transformar los diferentes proyectos en leyes concretas. Berlusconi hizo estas declaraciones en Roma durante su intervención en la asamblea de la patronal artesana Confartigianato, en la que consideró además que el Estado se ha desarrollado de "forma excesiva".

Tampoco quedó exenta de críticas la Constitución, que Il Cavaliere necesita una puesta al día ya que está "muy pasada" y "habla mucho de los trabajadores pero casi nunca de las empresas y de los mercados".

En esta línea, Berlusconi propuso actualizar la Carta Magna a través de la revisión de su artículo 41, que regula la actividad económica y su orientación hacia fines sociales.