La retórica cada vez más agresiva del presidente de EE UU, Barack Obama, contra la petrolera BP causa gran preocupación a los empresarios británicos, temerosos de que esos ataques dañen las relaciones transatlánticas. Así lo señaó ayer el Financial Times, según el cual el empresariado del Reino Unido cree que esos ataques "injustificados" a BP por su gestión del derrame de petróleo en el Golfo de México están más dictados por la campaña electoral con vistas a las elecciones del Congreso en noviembre que por consideraciones regulatorias.

El propio primer ministro, David Cameron, le planteará el tema a Obama en la conversación telefónica que mantendrán este fin de semana. En Londres preocupa sobre todo el hecho de que los políticos estadounidenses se hayan referido a la petrolera como British Petroleum pese a que la compañía cambió ese nombre por las siglas BP y no lo ha utilizado desde 1998.

Obama pide nuevas leyes

El costo potencial de la crisis y el temor a que BP no pague este año dividendos ha afectado negativamente a sus acciones, que el miércoles cayeron un 4 por ciento después de haber perdido un 5 por ciento el día anterior.

Obama, quien ayer se reunió con los familiares de las víctimas del vertido de crudo, pidió ayer un endurecimiento de las leyes para casos de vertidos similares. El presidente se reunió a puerta cerrada, con los familiares de las once víctimas, que han denunciado la falta de atención que la empresa responsable de la plataforma, BP, les ha prestado.