El papa Benedicto XVI pidió este viernes por primera vez perdón público a Dios y a las víctimas de los curas pederastas y prometió que "haremos todo lo posible para que semejantes abusos no vuelvan a suceder jamás".

El Pontífice pidió perdón en la homilía que pronuncia en la plaza de San Pedro del Vaticano ante 15.000 sacerdotes de todo el mundo y varias decenas de miles de monjas y seglares, con los que clausura el Año Sacerdotal.

El Obispo de Roma ha asegurado que en la admisión al ministerio sacerdotal y en la formación de los futuros sacerdotes examinarán exhaustivamente "la autenticidad de la vocación".

Benedicto XVI pidió a Dios que proteja a los sacerdotes y los custodie en las situaciones dolorosas y en los peligros de la vida.

También agregó que si el Año Sacerdotal, convocado por él el pasado año, hubiera sido una glorificación de los logros humanos de los clérigos, "habría sido destruido por estos hechos".

"Pero, para nosotros, se trataba precisamente de lo contrario (la convocatoria del año sacerdotal), de sentirnos agradecidos por el don de Dios, un don que se lleva en 'vasijas de barro', y que una y otra vez, a través de toda la debilidad humana, hace visible su amor en el mundo", agregó el Papa.

El Papa Ratzinger considera lo ocurrido "como una tarea de purificación, un quehacer que nos acompaña hacia el futuro y que nos hace reconocer y amar más aún el gran don de Dios".

Durante este año sacerdotal se han conocido los abusos de curas pederastas durante años en Irlanda, Alemania, Austria, Italia, Holanda y Bélgica y se han conocido nuevos datos de casos ya sabidos en EEUU.

Por estos escándalos el Papa ha destituido a varios obispos y numerosos sacerdotes en esos países.